Llegó, vio y venció. La flamante gama G30, que PING lanzará al mercado a finales de julio, ya ha levantado su primer trofeo de campeón.
Ángel Cabrera no lo dudó. En cuanto probó el nuevo material lo metió en su bolsa. Hizo debutar en el Greenbrier al driver y a las maderas. Bautismo de oro.
Las estadísticas de Cabrera en su primera victoria regular en el PGA Tour son concluyentes. El argentino le pegó más largo que en toda la temporada, con una media de 307.1 yardas desde el tee frente a las 302.7 que acumulaba en 2014. Entre sus salidas destaca el bombazo de 372 yardas que pegó el sábado en el hoyo 6, metido ya por derecho propio en el club de los 50 drives más largos del año en Estados Unidos.
No obstante, la estadística que más llama la atención con el nuevo G30 en las manos de Cabrera es el número de calles cogidas. El argentino ocupaba antes del Greenbrier el puesto 156º en seguridad desde el tee en el PGA Tour, ojo 156 de 191, con un porcentaje de fairways de poco más del cincuenta por ciento. Sin embargo, con el G30 su estadística se ha disparado. Esta semana ha cazado nada menos que el 82.14 %, es decir 46 de las 56 calles posibles, un apartado en el que ha sido el cuarto mejor del torneo.
No hay mejor test posible para el nuevo G30 que este triunfo de Ángel Cabrera con estas estadísticas. Más largo y más seguro. Como Julio César, Veni, Vidi, Vici.
