Una sencilla ronda de golf puede desatar las críticas más feroces si el compañero de juego elegido no es el más adecuado. O al menos esto es lo que le ha pasado a Rory McIlroy después de que, el pasado domingo, decidiera disfrutar de 18 hoyos en Florida junto al polémico presidente de los Estados Unidos, Donald Trump.
Al norirlandés le han llovido los reproches, en especial en las redes sociales. Hasta el punto de que esta misma noche, utilizando su perfil personal en Twitter, ha querido explicar los motivos por los que decidió jugar con Trump, desmarcándose por completo de cualquier sintonía política con el presidente norteamericano.
— Rory McIlroy (@McIlroyRory) 24 de febrero de 2017
«No estoy de acuerdo con todo lo que mis amigos o mi familia dice o hace, sin embargo, juego con ellos al golf. La semana pasada fui invitado a jugar con el presidente de los Estados Unidos. Independientemente de si respetas o no a la persona, respetas el cargo que ocupa. No fue ninguna aprobación política o de algún tipo. Sólo fue una ronda de golf», señala Rory.
«El golf es nuestro punto en común, nada más. He viajado por todo el mundo y he tenido la enorme suerte de hacer amistades con personas de diferentes países, creencias y culturas. Haber sido llamado fascista o fanático por alguna gente sólo porque pasé un rato en compañía de alguien es sencillamente ridículo», añade.
«Deseo, en cualquier caso, que esto aclare mi decisión de aceptar la invitación que me hizo. Gracias a todos por vuestro continuo apoyo y espero estar listo para regresar la próxima semana en México», concluye.
