Final abierto en el Torneo de Maestros de golf. La lluvia, una vez más, alteró los planes y no permitió que terminara la tercera jornada en el Olivos, donde Ricardo González se mantiene como líder. Aunque seguido muy de cerca por sus dos compañeros de vuelta, Angel Cabrera (-2) y Sebastián Saavedra (-1), y por el aficionado local Matías O'Curry.
González, Cabrera y Saavedra pegaron su tiro de salida en el par 4 del 12 y en ese momento, minutos después de las 16.30, la chicharra sonó en la cancha. Era la peor señal: anuncio de tormenta, de rayos y, sobre todo, de mucha agua. No había manera de seguir y al igual que ayer, los organizadores dispusieron pasar para mañana el cierre del campeonato.
Fue un día largo para todos, porque a las 7.30 los jugadores ya estaban completando el recorrido de la jornada anterior, también suspendida por lluvia. La atención estuvo, lógicamente, en el Pato Cabrera, quien trabajó duro y parejo para completar "dignamente" su segunda vuelta. Recordemos que ayer había empezado mal: bogey, doble bogey y bogey. Se recompuso, en parte, con dos birdies que le permitieron entregar una tarjeta de 73, para un parcial de menos 1. Ricardo González, en cambio, anotó 68 y se mantuvo arriba, con menos 4. Muy cerca de ellos, con el par de la cancha, aparecían Sebastián Saavedra y Federico Cabrera, el hijo del Pato que, además, tiene el mérito de no ser jugador profesional.
Con el sol picante, el grupo de González, Cabrera y Saavedra se llevó todas las miradas de la tarde. Este último sorprendió en el par 5 del 1, donde puso la pelota en el medio, arrimó a la entrada del green y desde veinte metros marcó un aplaudido eagle. González erró el drive y no pudo bajar.
¿El menor de los Cabrera? Hacía su juego adelante del padre. Y no le iba mal. Potente y habilidoso, ejecutó golpes que despertaron la admiración general. Pero claro, la atención estaba puesta en los últimos tres jugadores. El Pato, curiosamente, tuvo algunos problemas en el campo (erró para un lago, también para el otro) pero su putt funcionó a pleno. Un dato, apenas: en la ida terminó con seis greenes de un putt. Y su score en esa parte del campo fue de dos menos, al bajar el par 5 del 8 y el par 4 del 9, donde la dejó a diez metros del green y su tiro de aproximación quedó dado. Se fue con par del 10 y en el 11 se le juntaron todos los problemas. Falló la salida por la derecha, la pelota le quedó debajo de un árbol, tuvo que sacar a buena y se quedó otra vez en el pasto largo. Conclusión: se fue del par 5 con un costoso bogye.
Ricardo González sabe de qué se trata esto de la alta competencia. Es ganador del Tour Europeo y, pese a sus altibajos de los últimos tiempos, siempre hay que darle crédito para ganar. En la ida, picó con tres pares consecutivos. Falló por la derecha en el par 3 del 4(la pelota dio en la espalda de un espectador) y no logró recuperarse. Par en el 5 y su primera alegría vespertina la tuvo en el 6, donde la metió de tres metros para birdie. En el par 3 del 7, enganchó la salida y fue al bunker. Sacó bien, corto, pero desde un metro y medio erró. La subió en dos en el par 5 del 8: birdie. Se salvó en el 9 (desde la escarpada hizo un globito muy aplaudido) y sumó dos pares seguidos (10 y 11) antes de que se decretara la suspensión.
*Información del Diario Clarín
