La inclusión de deportistas en los Salones de la Fama de las diferentes disciplinas suele estar, en algunas ocasiones, acompañada de cierta polémica y controversia. Y el golf, lógicamente, no es una excepción. Así ocurrió en 2013, cuando Colin Montgomerie pasó a formar parte de este reducido y prestigioso club de jugadores sin haber logrado nunca el triunfo en alguno de los cuatro grandes.
La trayectoria del jugador escocés es innegable, no en vano nadie ganó más veces la Orden de Mérito del European Tour, pero ese hueco en sus vitrinas levantó más de una crítica en cuanto a su elección. El escocés fue premiado, además, por sus cinco subcampeonatos en majors y, sobre todo, su extraordinario historial en la Ryder Cup, con ocho participaciones y cinco victorias (1995, 1997, 2002, 2004 y 2006). Un bagaje que, para muchos, era insuficiente como para ganarse un sitio entre los más grandes de la historia del golf mundial.
Tal vez por eso, entre otras cosas, los responsables del World Golf Hall of Fame han decidido realizar algunas importantes modificaciones en su sistema de admisión, de cuyo comité de selección forman parte desde ahora como co-presidentes figuras del prestigio de Jack Nicklaus, Gary Player, Nancy López o Annika Sorenstam.
El cambio más llamativo tiene que ver con la edad mínima para ser admitido en el Hall of Fame. De los 40 años fijados anteriormente se pasa ahora a los 50. Algo que afecta de forma directa a Tiger Woods, un talento indiscutible del golf mundial que, tras cumplir los 40 el pasado 30 de diciembre, podría haber sido propuesto para inscribir su nombre entre los más grandes de la historia del golf este mismo año de no haberse llevado a cabo este cambio en la normativa.
Existe, eso sí, una excepción: jugadores que, sin haber cumplido los 50 años, lleven al menos cinco años retirados del mundo profesional. Algo que, al menos por ahora, ni cumple ni tiene previsto cumplir Tiger, por lo que le tocará esperar una década para unirse al Salón de la Fama del Golf. Nadie duda que estará, pero habrá que esperar.
Los motivos para esta actualización en la normativa se justifica porque en la actualidad los jugadores suelen prolongar mucho su carrera deportiva: «Trabajamos para que los criterios de entrada en el Salón de la Fama sean prudentes. A medida que los jugadores mejoran su condición física para seguir jugando a alto nivel durante más tiempo, aumentar la edad mínima de acceso a los 50 años asegura que seamos capaces de celebrar el éxito de sus carreras en el momento adecuado».
