Que el golf femenino se ha convertido en los últimos años prácticamente en un coto privado de caza de Corea y Estados Unidos, con la rutilante excepción de Lydia Ko (neocelandesa, aunque nacida en Corea), es una realidad que salta a la vista. No hace falta una lupa para revisar el palmarés de los majors en los últimos tiempos y constatar que Corea y USA se reparten nada menos que 17 de los últimos 20 grandes. Las únicas excepciones son Lydia Ko (Evian Championship 2015), Suzann Pettersen (Evian Championship 2013) y Shanshan Feng (LPGA Championship 2012).
El dominio de estos dos países es absoluto, hasta el punto de que Europa se conforma con llevarse las migajas, sabrosas por supuesto, pero migajas al fin y al cabo. La pérdida notoria de protagonismo del golf europeo comenzó a partir de la retirada de Annika Sorenstam. La sueca conquistó diez grandes, con un poderío especialmente rotundo entre los años 2001 y 2005, un lustro en el que conquistó siete de los veinte grandes en liza. Sin embargo, desde su última victoria en el US Open de 2006 se han disputado cuarenta grandes y Europa sólo se ha metido cuatro en el bolsillo: Pettersen (LPGA 2007 y Evian Championship 2013), Catriona Matthew (British Open 2009) y Anna Nordqvist (LPGA Championship 2009).
El caso más doloroso es el del ANA Inspiration. La maldición de maldiciones. Europa no conquista este torneo, antes llamado Kraft Nabisco Championship, desde 2005, con victoria, cómo no, de Annika Sorenstam. En ningún otro major femenino dura tanto la sequía europea. Echando un vistazo a la historia del torneo resulta que Europa sólo lo ha ganado en cinco ocasiones desde que convirtió en major allá por 1983. La espléndida Sorenstam se lo llevó hasta en tres ocasiones, mientras que los otros dos triunfos son para la también sueca Helen Alfredsson y la francesa Patricia Meunier-Lebouc. Cinco victorias en 33 años de vida.
Como decimos, es el grande que más tiempo hace que no gana Europa y parece ésta una semana propicia para romper esa mala racha. No tanto porque el golf europeo atraviese por su mejor momento como por la casualidad de que se haya elegido precisamente esta semana para anunciar el nombramiento de Annika Sorenstam como capitana de Europa en la próxima Solheim Cup 2017. La nórdica ha sido la gran protagonista en las horas previa del ANA. Veremos si consigue ser una inspiración. Si hay alguna jugadora capaz de ahuyentar a las meigas, ella es Sorenstam.
Por cierto, hablando en términos absolutos, ningún major se le resiste más a Europa que el Masters de Augusta. El Viejo Continente no toca la Chaqueta Verde desde que ganara José María Olazábal en 1999.
