Inicio Ryder Cup El uno a uno de Estados Unidos

El uno a uno de Estados Unidos

Compartir

Tom Watson. Habrá que esperar a saber por qué dejó a Mickelson y Bradley en el banquillo el sábado en ambas sesiones de juego. Extraño. ¿Algún lío en el vestuario? Quizá sea mucho aventurar, pero resulta raro. Sobre todo porque la pareja Fowler-Walker terminaba el sábado completamente fundida. Su decisión de salir el domingo con los novatos por delante suena a reprimenda y a premio: si ustedes, señores, veteranos, no cogen el toro por los cuernos tendré que darle la oportunidad a los que vienen pidiendo paso…
 

Jordan Spieth. Hay madera de líder, de ganador, de peso pesado en el equipo. Pero también ha pagado un peaje el domingo. No pudo terminar de reahacerse cuando G-Mac dijo aquí estoy yo… Ha sumado dos puntos y medio en cuatro partidos. Una sola derrota, aunque dura y decisiva.

Patrick Reed. Nadie ha creído más que él en la remontada. Veremos si llega a ser un top-5 del mundo, como él mismo vaticinaba, pero por lo visto y demostrado en Gleneagles quizá no sea una bravuconada… Hoy ha ganado, curiosamente, al Número Cinco del mundo. Tres puntos y medio en cuatro partidos, invicto. Mucha tela siendo un joven novato.

Rickie Fowler. Da la sensación de que ha sufrido demasiado castigo: no ha ganado ninguno de sus cinco partidos, empatando tres de ellos. Pero él también deberá revisar y pensar por qué no ha ganado aún ningún partido en una Ryder… 

Hunter Mahan. Ha sido una elección de Watson y ha sumado para el equipo. Su rendimiento va más allá de lo que dicen los números. Es un valor seguro, aunque su bagaje no sea poderoso. Ganó uno, empató otro y perdió dos. En su debe: le cuesta cerrar los partidos.

Phil Mickelson. Un Expediente X en esta Ryder. No jugó el sábado por decisión de Tom Watson y se marcha de Escocia dolido y cargando contra el capitán. Ha jugado tres partidos y ha ganado dos puntos, sólo una derrota. Era su semana para coger el toro por los cuernos y asumir el liderato del equipo, sin embargo no lo ha hecho. O no ha querido o Watson no le ha dejado. Un papel muy secundario.

Bubba Watson. Un fracaso con todas las letras. Llegó como jugador importante, llamado incluso a liderar al equipo, pero se marcha con un cero en su casillero después de tres partidos. Ni siquiera llegó a conocer el hoyo 17 de Gleneagles. El bombardero zurdo sufre en el match play.

Matt Kuchar. Cuatro partidos, tres derrotas y la victoria en el individual frente a Bjorn. Se espera más de uno de los jugadores más importantes del PGA Tour. Era el compañero habitual de Tiger Woods en los últimos torneos de equipo, pero aquí no ha encontrado ‘novia’ nueva. Tres parejas distintas y tres derrotas. Sorprendió verle fuera de los primeros fourballs.

Jim Furyk. Es un caso parecido al de Hunter Mahan. Es un valor seguro, muy difícil de ganar, duro, muy rocoso, pero sus números en Ryder no son buenos y esta semana tampoco. Ha jugado cuatro puntos y sólo ha ganado uno. Estaba llamado a ser uno de los líderes de Estados Unidos, Número Cuatro del ránking mundial, pero hace falta algo más que buen juego, buena actitud y buen nombre para ganarse ese liderazgo. Su presencia atemoriza más que sus registros.

Webb Simpson. Infrautilizado por Watson. Sólo dos partidos y medio punto, valioso, contra Ian Poulter, un jugador invicto en los individuales. Se marcha de Escocia dolido en su orgullo. Fue elección del capitán.

Keegan Bradley. Ha jugado tres puntos y sólo ha ganado uno. Tras los fourballs del viernes apuntó a pilar de Estados Unidos, pero se marcha de Escocia con más pena que gloria. Hasta Patrick Reed parece haberle quitado el protagonismo en las celebraciones.

Jimmy Walker. Una de las mejores noticias de esta Ryder Cup para Estados Unidos. Un golfista en el que se puede confiar para las próximas ediciones. Un caso similar a Donaldson. Ha debutado en la Ryder siendo ya un veterano y se ha comportado como tal. Tiene birdie para el fourballs y es un seguro de vida para el foursome. Sólo ha perdido un partido de cinco y ha ganado su individual ante Lee Westwood, que no es poca cosa.

Zach Johnson. Papel muy gris del georgiano. No llegó en su mejor momento y Watson nunca pareció darle la confianza necesaria. De tres puntos sólo ganó medio.