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El uno a uno de Europa

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Paul McGinley. Las ideas muy claras, la línea a seguir, bien trazada, el trabajo para hacer del grupo un verdadero equipo, magnífico. Sólo un par de decisiones que parecían arriesgadas o no demasiado acertadas: mantener la pareja McIlroy-Sergio y alinear a Gallacher y Poulter el viernes por la mañana. En el primer caso, terminó saliéndose con la suya. A Paul lo que es de Paul. Su alineación en los individuales, fina y astuta. Y la pareja Rose-Stenson que se sacó de la manga, un acierto monumental. 

Graeme McDowell. Briosa y emocionante su reacción el domingo. Y espléndido su trabajo dentro y fuera del campo con Dubuisson toda la semana. Tres partidos, tres victorias. 


Henrik Stenson. Algo más que un escudero de lujo de Justin Rose, a pesar de andar tocado en la espalda. Tres puntos en cuatro partidos con una derrota.


Rory McIlroy. Inicio peor que gris, pero yendo de menos a más y terminando como lo que es, el Número Uno del mundo. Jugó los cinco partidos y ha sumado tres puntos.
 


Justin Rose. El otro europeo que ha jugado los cinco partidos (sumó cuatro puntos y salió invicto). Protagonista estelar del mejor partido de fourballs de la historia de la Ryder. Una máquina. Un líder confirmado. Ha terminado esquilmado emocionalmente, pero mostrando siempre coraje. Gran reacción en los individuales para remontarle desde un cuatro abajo a Mahan.


Stephen Gallacher. Mal comienzo y poco protagonismo. Poco utilizado.


Kaymer. Lucha por convertirse en otro peso pesado dentro del grupo y su triunfo incontestable ante Bubba lo confirma como tal. Dos puntos en cuatro partidos.
 


Thomas Bjorn. Demasiado ansioso y preocupado. Parecía como si los errores le pesaran demasiado. Sólo sumó medio punto en tres partidos.

Sergio García. La Ryder Cup le sienta como anillo al dedo. Nunca se sintió cómodo en un campo que se le atravesó, sin embargo, encontró la manera de sacar buenos golpes, ser efectivo y, sobre todo, sumar para el equipo, aportar. Le dio la vuelta a su Ryder, ganando los dos últimos partidos y, sobre todo, terminando de manera majestuosa contra Jim Furyk. Ha sumado dos puntos y medio de los cuatro que ha disputado.


Ian Poulter. Algún destello resplandeciente de la magia de anteriores ediciones, aunque con mucha menos continuidad. No ha embocado tanto en los greenes como acostumbraba, pero su garra, su fuerza y presencia siempre son una garantía. Una derrota y dos empates.


Jamie Donaldson. ¿De verdad que este hombre estaba debutando en una Ryder? Cada uno de sus gestos, además de su juego, decían lo contrario. Así que resulta muy bonito que haya sido él quien diera el punto decisivo. Tres puntos en cuatro partidos.


Lee Westwood. Magnífico en su papel de veterano dentro y fuera del campo. La Ryder lo transforma. Seguro que su presencia ha resultado vital para Donaldson, su partenaire. Dos puntos en cuatro partidos.
 


Victor Dubuisson. La revelación confirmada. Hay mucho futuro Ryder en sus palos, en sus manos, en ese porte sosegado de ‘killer’. Igual que Donaldson, no parecía un debutante. Pero claro, el francés es además un joven veintiañero… Invicto, sumó dos puntos y medio en tres partidos.