Inicio Ryder Cup Oosthuizen gana con premeditación y alevosía

Oosthuizen gana con premeditación y alevosía

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Louis Oosthuizen (-16) ha ganado la 139º edición del Open Británico sin apenas haber llegado a temblar. No en vano a punto ha estado de igualar el récord de ventaja entre un ganador de British y el segundo, cifrada en ocho golpes (él ha vencido por siete), y en poder de J. H. Taylor (en 1900), James Braid (1908) y Tiger Woods (2000)…

Este joven de 27 años es tal y como ha celebrado la victoria en el green del hoyo 18: ni un gesto desordenado, ni una emoción fuera de control.

El sudafricano (el cuarto que gana el Open, tras Locke, Player y Els) aprendió a ganar hace unos meses en Andalucía. En El Parador de Málaga. Hasta ese momento no dejaba de ser un proyecto espléndido de extraordinario jugador, que no remataba.  Hoy ha mantenido la compostura sin titubeo alguno. Es un jugador poderoso y frío. Certero y potente. Y un cirujano del juego corto, porque dispone de múltiples recursos técnicos.

Oosthuizen ha ganado medio British en el corto tramo que va del hoyo hoyo 8 al 9. Poco antes de llegar al punto donde se pone en marcha el cronómetro de la hora de la verdad,  que es el inicio de los segundos nueve del domingo,  él paraba los relojes de todos sus rivales.

En el par 3 del hoyo 8 cometía su primer error grave del día. Bogey. Ahora había que ver si era capaz de mantener el plan previsto. En ello iba pensando entre el green del 8 y el tee del 9… ¿Cuál era el plan previsto? Pues pegarle al driver en el par 4 corto del 9 para llevarla a green.  Una vez tomada la decisión, había que comprobar con qué soltura y determinación pegaba…

La mandó al centro del green. Y acto seguido embocaba para eagle. Paul Casey, su compañero de partido, supo que ya no había nada que hacer. A Louis no le va eso de la épica. Es para mediocres… ¿Qué mejor que ganar por goleada? En el Open de Andalucía salió el último día como líder con una diferencia holgada y casi cerró el torneo con tres birdies en los primeros cinco hoyos del domingo…

La maldición inglesa se agranda y agranda. Son ya catorce años sin ganar un ‘major’ (Nick Faldo, Masters de 1996) con una inmensa pléyade de jugadores fabulosos en activo. Hoy salían Westwood y Casey bien colocados, hasta que el pequeño sudafricano los descolocó a todos. Westwood  (-9 y segundo en solitario en este Open) venía de ser 3º el año pasado en el British, 3º en el PGA y 2º en el Masters de este año… ¿Y saben una cosa? Que cuando gane un Grande, si lo gana, lo va a celebrar como Oosthuizen: ni un gesto desordenado, ni una emoción fuera de control.

La mención a Tiger Woods (-3) es obligada. Salvo el jueves, los greenes lo han puesto fuera de juego. Lejos de los mejores. Los greenes, señores, los greenes están complicándole la vida al Número Uno… Quién lo iba a decir. Según él mismo recordaba nada más finalizar su última vuelta, "no se va a ningún lado tripateando nueve veces durante la semana". Él está convencido de que el resto de su juego anda mejor que nunca en todas las parcelas… Un análisis válido por su parte, pero también muy discutible.

El traspié de Alejandro Cañizares (-2, 27º puesto, tras entregar hoy un 77) ha resultado ser un doloroso final para el clan español. Nuestra lectura, de todos modos, debe ser positiva a la fuerza. Su despliegue hasta el sábado, hágannos caso, no responde a la casualidad o a una inspiración circunstancial. Cañi volverá a luchar por un ‘major’.

En general, la actuación de la Armada ha sido notable. Cinco pasaron  el corte y los cinco se han metido entre los treinta primeros, con un tiro al poste en el empeño del top-ten (Quirós ha finalizado 11º) y, en definitiva, con múltiples opciones más que interesantes en el inicio de la última jornada. Nosotros, con un deje de melancolía, nos quedamos con aquella imagen del leaderboard a las 15,26 horas de un domingo de British: cuatro españoles metidos en el top-ten, mordiendo y aguardando un descalabro de los líderes…

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