Las declaraciones de Bryson DeChambeau en la previa del WGC-FedEx St. Jude Invitational confirmando que no tenía intención de vacunarse, después de haber pasado el covid-19, han provocado que los responsables del equipo estadounidense de la Ryder Cup hayan llevado a cabo una ronda de consultas con los jugadores que podrían formar parte del equipo para saber si estarían dispuestos a ponerse la vacuna antes del torneo, tal y como desveló este viernes Golfweek.
Los centros de control de enfermedades de Estados Unidos aseguran que no existe escasez de vacunas, asunto al que aludía DeChambeau para decidir no ponerse ninguna dosis. Además, señala que 165,6 millones de estadounidenses han recibido ya la pauta completa y otros 28 millones han sido inoculados ya con una dosis. El PGA Tour señala además que más del 70% de los jugadores del circuito y del 90% de los caddies están ya vacunados.
Pero la confesión de DeChambeau ha provocado cierta inquietud en el equipo de Estados Unidos para la Ryder, por lo que sus responsables no han tardado en realizar una ronda de llamadas para conocer la situación de cada jugador y, en el caso de que no estén vacunados, su predisposición a hacerlo antes del evento del próximo mes. Este acercamiento se produjo a instancias de la PGA de América, aunque no se ha desvelado si quien realizó las consultas fue directamente el capitán, Steve Stricker.
La PGA de América está supervisando la Ryder Cup que se disputará del 24 al 26 de septiembre en Whistling Straits, Wisconsin. Y uno de sus portavoces ha señalado que están finalizando ya los preparativos: «Como en todo momento desde la pandemia, estamos monitorizando su desarrollo y siguiendo las pautas estatales. Trabajamos en estrecha colaboración con nuestros asesores médicos y con los capitanes para finalizar los protocolos de salud, que se anunciarán más adelante».
La intención es tener claro cómo asegurar la burbuja durante la disputa de la Ryder. Un proceso que se intensificó con la aparición de la variante Delta que ha provocado un importante aumento de hospitalizaciones en Estados Unidos. «Necesitamos saber si sólo tenemos que preocuparnos por Bryson o por la mitad del equipo», dijo una fuente cercana al equipo estadounidense.
Porque a sólo siete semanas del torneo, el margen de tiempo para que los jugadores y el personal de apoyo no vacunado reciba las dosis correspondientes y adquiera la inmunidad se reduce. También se está discutiendo cómo actuar si algún jugador, ya sea del equipo estadounidense o del europeo, da positivo durante los partidos. El objetivo es que la Ryder no se vea alterada y la posibilidad de perder puntos o tener jugadores reserva incluso para los partidos del domingo está sobre la mesa, sin nada decidido aún.
