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Luke Donald vibró con los

Carlota no podía faltar en todos los mentideros de la Ryder Cup

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Luke Donald
Luke Donald, capitán de Europa de la Ryder Cup, atiende a los medios en Roma. © Ryder Cup Europe

La Solheim Cup se hizo carlista el domingo. El mundo del golf, paralizado por la incertidumbre y emoción del titánico duelo entre Europa y Estados Unidos, se hizo carlista el domingo. Carlistas de Carlota Ciganda, heroína estelar de la preciosa batalla dirimida por ambos equipos y que terminó decidiendo la navarra con un final épico, hermoso, que ponen los pelos de punta. Ganó a Nelly Korda con dos hoyos estelares, con tres golpes (salida y wedge del 16 y hierro 8 del 17) que quedarán siempre guardados en la memoria de los aficionados al deporte.

El Rey Felipe VI y Pau Gasol, entre miles y miles de aficionados que reventaron Finca Cortesín, lo vivieron en directo, pero fueron muchísimas las personalidades y las instituciones que felicitaron a la española por su gesta en un memorable final. Otros muchos siguieron la competición pegados y pasmados frente al televisor, con el corazón en un puño por cómo se estaba desarrollando este Solheim histórica en Casares, donde las dos escuadras exhibieron una lucha sin cuartel cuyo colofón fue esa guinda de Ciganda, que logró el decimocuarto punto necesario para la tercera victoria consecutiva y lo hizo en casa, ante España entera, con su familia presente. Legendaria.

Acabó la Solheim y llega la Ryder, pero en los mentideros del Marco Simone, sede de la competición masculina, todos hablaban, cómo no, del mayúsculo triunfo de Carlota Ciganda. Uno de los que vibró como un hooligan más fue Luke Donald, capitán de la tropa del Viejo Continente, que no se separó de la pantalla en toda la jornada dominical disfrutando con la magia carlista.

«El domingo vi bastantes horas de la Solheim. El viernes sólo pude un rato, al inicio, antes de tener que coger un avión para venir aquí y el sábado no demasiado porque estaba ocupado en el campo de golf», afirmó Donald en su primera comparecencia en Roma. «Pero vi la mayor parte del domingo. Sí, obviamente después de un comienzo muy duro, y de ir perdiendo 4-0 contra Estados Unidos, creo que fue una remontada admirable. Los dos equipos jugaron muy bien al golf», apunta.

La Ryder y la Solheim, los torneos match play, son a menudo una montaña rusa porque cuando parece que un equipo lo tiene hecho, cambia el panorama en cuanto menos te lo esperas. La emoción suele estar garantizada, aunque este histórico empate a 14, que nunca se dio en la competición en las 17 ediciones precedentes, no fue apto para corazones débiles. «Cuando empecé a ver el torneo el domingo, parecía que Europa tenía el triunfo en la mano. Se levantaron temprano. Pero Estados Unidos remontó y realmente no se veían muy esperanzados al final», narra el capitán de la Ryder. «Y entonces un par de jugadoras, Caroline Hedwall y Carlota Ciganda, dieron un giro asombroso en sus partidos, y fue suficiente para conseguir el empate y retener la Copa, y obviamente yo no podía estar más feliz por Suzann Pettersen (capitana europea)”, recuerda Donald.

El responsable del combinado europeo admite que para sus jugadores es un chute de adrenalina con vistas al enfrentamiento de viernes a domingo en el Marco Simone ante los yanquis: «Muchos de los chicos hablaban de la Solheim. Muchos lo publicaron en sus redes sociales y creo que es una buena inspiración para nuestro equipo de cara a esta semana», presume el jugador inglés.

¿Y cómo estarían sus pulsaciones si el domingo en Roma fuera similar al de Finca Cortesín? «Tendría muy alto el pulso, claro. Creo que cuando no tienes el control, cuando estás observando como espectador como lo estaré yo, que seré capitán pero estaré de espectador, sin poder tener ningún control sobre esos tiros, es cuando realmente te sientes nervioso. Nos encantaría estar ahí pegando los golpes. Al menos sientes que tienes el control y que el destino está en tus manos, pero tienes que mirar y confiar en tus jugadores para que den lo mejor de sí mismos, y obviamente Carlota fue capaz de hacerlo, con unos golpazos increíbles en el 16 y el 17, cuando realmente importaba».

Donald y José María Olazábal, uno de sus vicecapitanes, recurrirán a la figura de Severiano Ballesteros en las charlas con sus soldados antes de salir a la guerra durante tres días con los americanos. Pero, ojo, es muy posible que en las conversaciones o en los vídeos para motivar al grupo haya referencias a la hazaña de Carlota porque Luke y Josemari son también carlistas hasta la médula.