Un rosco a los yanquis nada más empezar. Impresionante. Rory McIlroy, como muestra la foto, estaba exultante y se fundió en un sentido abrazo con Tommy Fleetwood tras derrotar a los invictos Xander Schauffele y Patrick Cantlay, que llevaban una serie de cinco victorias y cero reveses cada vez que fueron emparejados en la Ryder Cup.
«Ha sido una sesión increíble. Cambiamos el formato este año para ir primero en foursomes porque estadísticamente es nuestra mejor sesión. Y durante toda la semana de lo único que hemos hablado es de tener un comienzo fuerte. Jugar partidos de tres hoyos en los entrenamientos, tres hoyos, vamos de nuevo, tres hoyos, vamos de nuevo, algo que Luke Donald nos ha inculcado. Estábamos listos para comenzar desde el primer golpe de salida, como se puede ver en cómo jugaron todos», afirmó el norirlandés, que elogió a su compañero de partida: «Estoy muy orgulloso de este hombre que tengo a mi lado. Puede jugar con cualquiera. Estoy muy feliz de que sea mi compañero esta semana y muy feliz de conseguir un punto en el tablero para Europa«, recalca Rory.
En cualquier caso, un 4-0 de inicio, aunque nunca se haya dado, no garantiza nada y bien lo sabe McIlroy, que pone el ejemplo de lo ocurrido hace justo una semana en Finca Cortesín: «Es increíble arrasar en una sesión, pero no podemos volvernos complacientes en absoluto. Este equipo americano es increíblemente largo. La semana pasada, las americanas ganaron 4-0 en la primera sesión y Europa pudo remontar, así que no damos nada por sentado. Es un gran comienzo, pero tenemos que mantener el pie en el pedal y seguir sumando puntos», subraya.
Fleetwood sigue imbatido en los foursomes. ¿Cómo compara aquel Mollywood de París con este Rorywood de Roma? «Bueno, seguir eligiendo a tus socios es el secreto. Obviamente jugar con Rory es un sueño para cualquiera, y fui yo quien tuvo que hacerlo esta mañana», apunta el inglés.
Muchos focos señalaban a Shane Lowry, elegido a dedo por Donald tras un año ramplón. El irlandés demostró que es un jugador Ryder total, no sólo por su triunfo junto al novato Sepp Straka, sino por el corazón que exhibe en la competición. Vencieron a Morikawa y Fowler por 2 y 1. ¿Cómo se sintió? «Enorme, obviamente es pronto, pero quería darle a Sepp su momento en la Ryder Cup para embocar el putt ganador. Es enorme. Hemos tenido un gran comienzo esta mañana. Necesitamos mantener el pie en el suelo. Sepp y yo nos llevamos bien hoy. Muy feliz ahí fuera con él y lo disfruté. Sabemos desde hace un par de semanas más o menos que podríamos salir juntos esta mañana. Jugamos el mismo golf, todos usamos las mismas cosas, así que tenía sentido. Éramos personas similares, aunque yo soy un poco más fogoso que él. Sepp es muy tranquilo. Lo disfrutamos y siento que jugamos un buen golf».
El austriaco, novato a sus 30 años, estaba como un flan en el tee del 1, pero no le afectó a lo largo del recorrido del Marco Simone: «Ha sido absolutamente increíble. Realmente no puedo describirlo. Las expectativas ni siquiera se acercaron. Estaba muy nervioso. Ni siquiera podría calificarlo realmente. La sangre fluía. Los latidos del corazón se aceleraron. Afortunadamente hice contacto con la bola, así que creo que es una victoria», afirma Straka. Ambos descansaron en la sesión vespertina.
