Sergio García (+3) y Pablo Larrazábal (+6) finalizaban con más pena que gloria su participación en el tercer World Golf Championship del año, entregando el domingo su peor registro de la semana.
Ambos comenzaban la última ronda del mejor modo: el castellonense embocando un putt de bridie de unos cinco metros en el hoyo 1, y el barcelonés encadenando sendos birdies en los hoyos 2 y 3 y jugando casi de tiralíneas…
Pero ambos, enseguida, quedaban frenados por sus propios errores y ya no fueron capaces de encontrar la senda del birdie. Sergio después de enviar una bola al agua en el 3 y firmar un doble bogey; Pablo, tras encadenar ahora sendos bogeys en los hoyos 4 y 5, el primero de ellos tras un desafortunado tripateo.
Especialmente cruento fue el último tercio de la vuelta de Larrazábal, con tres bogeys y un doble bogey que destrozaban en un santiamén el ímprobo esfuerzo que había hecho el jugador español durante toda la semana por mantenerse a flote y por llevarse de una vez por todas un resultado sobresaliente de tierras estadounidenses. Porque además venía de salvar situaciones delicadas entre los hoyos 6 y 11 y todavía podía pensar en un sprint final que lo llevase, por ejemplo, cerca del top-25. No hubo manera. Fue como si la presa se resquebrajara. Esta semana, en el PGA, tendrá una nueva oportunidad.
