Impresionante, celestial, extraterrestre, heroína, sublime, incombustible, reina… Carlota Ciganda entró en los anales de la historia de la Solheim Cup en la mejor semana de su vida golfística. La española, anfitriona en Finca Cortesín, brindó a Europa el triunfo en un final de infarto ante Nelly Korda cuando el panorama estaba pintaba negro negrísimo para las locales, que necesitaban casi un milagro cuando el panel de resultados se fue tiñendo de rojo y se iban acabando las balas para la remontada. La navarra, que venía titubeando después de ir tres arriba e igualar las fuerzas la pequeña de las Korda con sólo dos hoyos por jugar en Finca Cortesín. Drama, tensión, nervios, el equipo europeo se quedaba sin uñas de mordérselas. Era el momento de Carlota, ahora o nunca, en el mejor escenario, el fabuloso recorrido de Casares (Málaga), contra la ex número uno del mundo, contra Estados Unidos, con el planeta golf entero pendiente de ella…
🎶 CAAAARRLOTA CIGANDAAAA
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Y ahí salió a relucir la furia española con los golpes más decisivos de la trayectoria profesional de Carlota. Salidón en el 16 y, con la toda la presión del mundo, hierrazo para dejarla a un par de metros y contraatacar el tirazo previo de Korda. Falló la yanqui y la pamplonesa la clavó en la cazoleta para que reventara todo el green del 16. No se vayan todavía, aún hay más. ¿Jugaría Carlota el 17 de forma conservadora, bola a green y dos putss? Ni de broma. Golpeó, siguió el vuelo atentamente y la pelota reposó a 80 centímetros del agujero. Korda se fue fuera de green y a punto estuvo de embocar. Sí metió el putt de vuelta, pero Carlota, que había sido alineada en el penúltimo partido, sabía que esta oportunidad no se le iba a escapar. ¡¡¡¡Dentro!!! Explotó ella y Europa entera al sumar el crucial decimocuarto punto necesario para retener la Solheim, lograr un pleno victorioso espectacular de cuatro de cuatro y conseguir otro récord para el equipo del Viejo Continente al sumar el tercer entorchado consecutivo, que defenderá el próximo año al otro lado del charco. Ya lo dijo el sábado la capitana europea, Suzann Pettersen, al referirse a la navarra: «La tengo que sujetar para que no vuele o no vaya dando saltos por ahí». Y nos hacemos una idea porque Ciganda es pura pasión y más si la competición es en España. Por eso le escoció no jugar los primeros foursomes y luego ha demostrado el porqué.
Así se cierra una Solheim Cup‼️‼️‼️ pic.twitter.com/g6anOhq8SH
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Este relato puede parecer exagerado y para nada lo es. Europa estaba contra las cuerdas, entre otros motivos porque sus principales estiletes pincharon, no sólo hoy, sino los tres días. La capitana Suzann Pettersen lidió como pudo con el incendio en el vestuario provocado principalmente por las únicas dos top ten del mundo de su equipo: Celine Boutier y Charley Hull. Y ambas decepcionaron con un punto en total en seis partidos. Sin embargo, el desastre, el lastre de la francesa y la inglesa fue compensado totalmente por Carlota y compañía, que se echaron la presión a la espalda para remontar un 0-4 de inicio el viernes, equilibrar el sábado y hacer tablas el domingo en una jornada épica de golf. Ha sido el primer empate a 14 en las 18 ediciones de la Solheim.
También hay que darle galones en esta cita a Maja Stark y a otra sueca: Caroline Hedwall. Ésta ha asumido su rol en Finca Cortesín. Sólo jugó un partido ante de los individuales y sin problemas. Hace 10 años, la veterana nórdica se convirtió en la primera, y sigue siendo la única, en llevarse sus cinco puntos en una Solheim. Fue en Colorado y la eligió a dedo la capitana, Licelotte Neumann. Una década después Hedwall, designada por Pettersen, puso patas arriba el torneo con una remontada a base de garra y corazón contra Ally Ewing. Perdía por tres hoyos tras el 12 y activó entonces el modo Solheim para hacer pequeñita a la estadounidense. Cinco birdies, de todos los colores, largos, cortos y mediopensionistas, entre el 13 y el 18 para hacer delirar a los aficionados y a ella misma, que entró en trance y supuso un soplo de energía para Carlota y para…
…Stark. Ha nacido una estrella para la Solheim. Con los colores de guerra pintados en el rostro, azul y amarillo (de la Unión Europea y de Suecia), la joven nórdica derrotó a Allisen Corpuz, invicta hasta ese momento. Stark mantuvo bajo control a la hawaiana, que tampoco disfrutó de su mejor día, para rematarla en el 17 después de un duelo muy tenso que había que ganar por lo civil o por lo criminal.
¿Y qué decir de Leona Maguire? Pettersen puso a parte de su artillería pesada en los primeros partidos. Empezó Linn Grant, que se topó con la mejor estadounidense, Megan Khang (3,5 puntos de 4), y por más que lo intentó siempre fue a remolque y aun así dispuso de una ocasión para sacar medio punto en el 18. No pudo. Sí pudo antes la irlandesa, un ciclón en la levantera de Casares frente a Rose Zhang, a quien se llevó por delante (4 y 3). La ex jugadora de Stanford ha aprendido de primera mano cómo se las gastan las europeas en la Solheim. Su victoria a las 14:43 puso por primera vez al Viejo Continente por delante en todo el torneo tras más de 54 horas de juego…
Anna Nordqvist necesitaba una alegría tras tanta derrota. La veterana sueca no había ganado aún y espero al día final para participar activamente en la fiesta e igualar el enfrentamiento a diez después de los triunfos de Khang y de Danielle Kang, inmisericorde con la polémica y descentrada Hull.
Llegó la hora de Georgia Hall en su reñido combate con Andrea Lee. La inglesa, íntima de Hull y que tampoco ha estado para tirar cohetes en Casares, mandó desde el hoyo 1, aunque la yanqui igualó las fuerzas en dos ocasiones antes del 9. Hall tomó la delantera por dos y en el 15 Lee le recortó un hoyo, pero en el 16 desaprovechó su momento al fallar un putt de menos de dos metros para ganar. Esa pifia le pesó y en el 17 se le fue un putt sencillo para seguir uno arriba. Ya en el 18, ni Hall ni Lee hicieron daño con sus tiros a green. Tablas. Igual que Gemma Dryburgh, que peleó como una jabata y noqueó a Cheyenne Knight en los primeros nueve hoyos (3 arriba la escocesa), pero dos bogeys en el 15 y el 16 pusieron las tablas en el marcador y las dos firmaron un pacto de no agresión en el 17 y 18.
El problema es que en un pispás cayeron varios puntos para las yanquis y del 10,5-10,5 se pasó a un inquietante 11-13 tras la paliza de Lilia Vu a Madelene Sagstrom y el gran final de Angel Yin frenta a la mustia Boutier. Eran impepinables el milagro de Hedwall, la victoria de una Carlota que venía de más a menos y que Stark se mantuviera firme ante Corpuz. Las tres premisas se cumplieron y Europa retuvo una copa que estaba ya camino de Estados Unidos. Algunas de la escuadra de Pettersen, pese a todos los pesares, siguieron creyendo y consiguieron un título que será recordado siempre y que tendrá a Carlota Ciganda como gran protagonista principal. USA ya sólo gana por dos a Europa: 10-8. ¡¡¡Vamos!!!
