Inicio Solheim Cup Un hoyo con piel de cordero para abrir boca en Finca Cortesín
El hoyo 1 de Finca Cortesín, antes el 4, es un goloso y peligroso par 4 corto

Un hoyo con piel de cordero para abrir boca en Finca Cortesín

Compartir
Finca Cortesín
Panorámica del hoyo 1 de Finca Cortesín desde el tee.

Desde el momento en que Finca Cortesín recibió la noticia de que albergaría la decimoctava edición de la Solheim Cup, empezaron a bullir las ideas en la cabeza de los organizadores para preparar el recorrido de Casares de la mejor manera, con los alicientes necesarios para acoger un evento de esta envergadura.

Una de las principales medidas que se tomó fue dar una vuelta al inicio del trazado de la Costa del Sol. El routing ha variado. El primer tercio es distinto al que habitualmente se ha jugado y, ojo, será muy atractivo desde el comienzo, puesto que el hoyo 1 se ha convertido ahora en un caramelo envenenado, un hoyo con piel de cordero. Es un par 4 corto, de 256 metros, donde el agua entra mucho en juego porque está justo delante del green y con búnkeres alrededor que pueden ser inquietantes. Antes se jugaba como el hoyo 4 y tiene ciertamente mucha miga porque te incita a jugártela, pero… mucho ojito. Emoción y tensión, qué mejor forma de empezar una campeonato así.

En la Solheim, igual que en la Ryder Cup, el anfitrión siempre tiene la deferencia de dejar salir primero al equipo visitante. En este caso, obviamente, serán las jugadoras estadounidenses las que abran fuego los tres días en todos los partidos desde el tee del 1. «Es una forma de presionar a tu rival», han subrayado estos días las capitanas yanquis, sabedoras de que si tiras a uno desde el bullicioso tee del 1 y llegas a bandera, puedes presionar muy mucho a tus contrincantes.

«Es un hoyo divertido para empezar», ha afirmado Nelly Korda en la víspera del torneo. «Yo diría que es emocionante», lo califica Jennifer Kupcho, dos de las primeras espadas del combinado de las barras y estrellas.

Con la ayuda de Jorge Parada, entrenador de Carlota Ciganda, hemos diseccionado este hoyo que marcará el inicio de cada partido; es decir, no será definitivo ni mucho menos, pero puede ir marcando el devenir de cada duelo en función de qué ocurra, pues el bogey está casi garantizado si vas al agua y el birdie prácticamente es una obligación si llegas de uno. Riesgo-recompensa.

Para volar el agua hay que pegarle por encima de los 220 metros desde la salida. Quienes vayan de uno, pueden ir con madera tres, ya que un error te lleva directo al agua, y parece más seguro pegarle al driver, aunque acabes en alguno de los búnkeres que circundan el campo. «Si termina la bola en el búnker de atrás, es un approach fácil y no le harás bogey al hoyo», apunta Parada. «Si vas a fallar, la parte izquierda es mejor que la parte derecha, aunque visualmente no lo parece desde el tee. Pero si vas al búnker de la derecha, es imposible dejarla cerca; de hecho, es difícil que no se te vaya al agua con un chip. Desde el búnker de la parte izquierda, la bandera que esté a ese lado seguramente no será fácil aunque sí jugable. Con la bandera a la derecha tienes todo el green para chipear. Y desde el búnker de atrás en la bandera corta tienes todo el green para jugar con él, larga a la izquierda desde el búnker de atrás te recibe un poquito en subida y larga a la derecha desde el búnker de atrás la tiras al medio del green, haces dos putts, par y al siguiente”, analiza el preparador de la jugadora navarra.

En Ten Golf hacemos elucubraciones con este hoyo tan «divertido», como dice Korda, y hacemos de pitonisos sobre cuántas jugadoras de uno y otro equipo pueden jugársela a tirar a green desde el tee del 1. Veamos. De las chicas capitaneadas por Suzann Pettersen, Celine Boutier, Leona Maguire, Anna Nordqvist, Caroline Hedwall y Gemma Dryburgh no tienen distancia y jugarán corto el hoyo, pero las otras sí pueden arriesgar: Charley Hull, Georgia Hall, Carlota Ciganda, Emily Kristine Pedersen, Linn Grant, Maja Stark y Madelene Sagstrom. De las doce americanas, apostamos por las pegadoras Nelly Korda, Lexi Thompson, Lilia Vu, Jennifer Kupcho y Angel Yin para ir a por todas desde el tee, tenemos dudas con Ally Ewing, que llega pero igual no se la juega, mientras que el resto no tiene distancia para arriesgar.

La Solheim, como vemos, arranca con mucha emoción y después de los clásicos rugidos de la grada y de los bailes de las jugadoras, habrá que decidir: me la juego o no, soy valiente o prudente. El viernes, el sábado y el domingo lo comprobaremos.