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Yo estaba en el green del 17 y esto es lo que vi y escuché…

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Me llamo Margarita Fernández Pascual y la semana pasada tuve la oportunidad de cumplir una ilusión: vivir la Solheim Cup como marshal. Llevo más de diez años como voluntaria haciendo torneos del European Tour, sobre todo en Andalucía (Open de Andalucía, Volvo World Match Play, Andalucía Masters…) y muchos Open de España. El golf es mi pasión y me siento una privilegiada por tener la oportunidad de ver un campeonato desde un lugar tan preferente. Como bien sabéis, es por amor al arte, pero a mí me compensa con creces.

Por azar del destino, el domingo por la mañana, cuando tuvimos la reunión de marshals, me dijeron que me tocaba el final del partido de fourball entre Pettersen y Hull contra Lee y Lincicome. Sin comerlo ni beberlo fui testigo directo de la gran polémica del torneo, una polémica, por cierto, que a mí, en vivo y en directo, no me pareció tal.

Os cuento tal y como presencié la escena. Yo era la ‘walking-marshal’, es decir, la persona encargada de controlar al público para que no se acercara a las jugadoras y marcar las bolas que se pegaban desde el tee. Por ejemplo, en el hoyo 17, precisamente, me tocó esperar a que llegara Brittany Lincicome para indicarle el punto exacto donde había botado su bola antes de irse al agua.

Pues bien, en el momento de patear Alison Lee para birdie, yo estaba en el rough corto de green, justo a la entrada, fuera del plano que muestran todas las tomas de televisión. Mi posición era perfecta para ver lo que ocurrió porque casualmente estaba junto al árbitro. Esto es lo que vi y escuché:

Lee tira un putt medio larguito para birdie y se deja uno de par yo diría que de unos cincuenta centímetros. Lee se dirige directa a la bola y es cierto que Hull se mueve, pero sin que nadie le diga nada, la americana coge la pelota con el palo. En ese instante, es el árbitro quien dice algo así como «one moment» (un momento). Se dirige a Alison y le comenta: «creo que no te han dado el putt, ¿no?». Lee se queda parada, el árbitro se da la vuelta y le pregunta a Suzann Pettersen, que estaba en la entrada de green: «¿Le habéis dado el putt?», a lo que la golfista noruega respondió la verdad: «no».

El árbitro entonces marca la penalidad de Lee y canta el resultado con victoria para el equipo de Europa. No hubo más. Así fue como ocurrió. Fue el árbitro quien tomó la iniciativa. Pettersen le podría haber dicho al árbitro que le habían dado el putt a Lee, pero estaría mintiendo porque nadie le dijo nada. Así, desde mi punto de vista, como testigo directo, Pettersen no hizo nada mal.

También pude presenciar en la calle del hoyo 18 el primer cara a cara entre Juli Inkster y Carin Koch tras lo sucedido en el green del hoyo 17. La capitana de Estados Unidos, acompañada por un hombre, se acercó a Koch y le dijo con un tono muy agrio que lo que habían hecho no era fair play, a lo que la europea le respondió muy enfadada que ellas no podían hacer nada, pues había sido una decisión del árbitro.

Poco después, en la reunión de marshals, se comentó que Alison Lee ya había cogido la bola sin que le concedieran el hoyo al menos en tres ocasiones antes del suceso con Pettersen y Hull y que las europeas le había perdonado. Sé que Lincicome ha dicho que eso no es verdad, pero yo os cuento lo que decían algunos de los voluntarios de la Solheim Cup.

Me gusta mucho ser marshal porque me encanta el golf y no quiero, ni busco ningún protagonismo, no me gusta de hecho, pero esta vez quería contar mi versión de lo que realmente ocurrió. No me he podido aguantar porque he leído y visto muchas cosas que se han contado que no son ciertas.