A solas con Pablo Larrazábal. Aquí, en Infinitum Golf. Con Pablo y el trofeo de campeón del ISPS Handa Championship in Spain, claro. Que no falte.
La noche va cayendo. La paz se va a apoderando de cada rincón de este campo. Las pulsaciones de Larrazábal también van bajando tras un día de emociones disparadas y casi disparatadas. Porque Pablo ha ganado, tampoco es mucha novedad, ya van siete, pero lo ha hecho casa, en España, en Cataluña y rodeado de amigos. Esto sí es novedad. Esto sí es un sueño cumplido, con mayúsculas.
Es una charla serena con Larrazábal. Se habla del pasado, de los momentos duros, de aquellos días en los que estuvo muy cerca de convertirse en un exjugador de golf. Porque sí, porque estuvo muy cerca.
Se habla también de los cambios, del trabajo, del esfuerzo de reinventar el swing para alargar la carrera. De la generosidad de Pablo para acordarse de todos los que tiene cerca y le han ayudado de una manera o de otra.
Y se habla, claro está, de futuro, de un futuro que ahora mismo se asoma brillante ante sus ojos. Hablamos de los Grandes, ay, los Grandes…
