Pep Anglés (-6) y Adri Arnaus (-6) han portado el estandarte español en el arranque del Tenerife Open en Golf Costa Adeje. No valía otra cosa que jugar muy bajo para meterse en las primeras posiciones y los dos españoles, de Llavaneras y Moià, lo han conseguido con sendas tarjetas de 65 golpes. Un muy buen comienzo que los sitúa a tres del líder provisional, el danés Thorbjorn Olesen (-9).
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Anglés y Arnaus le han dado dos y tres giros de tuerca a su golf esta semana. Pep viene jugando bien hace ya mucho tiempo, concretamente desde finales del año pasado. Le salen vueltas por debajo de 70 golpes a puñados, pero tenía una espina clavada los jueves. No estaba empezando bien los torneos y esta circunstancia le obligaba a ir a remolque el resto de la semana. Hoy se ha quitado de encima ese lastre. Al fin mira hacia arriba después de 18 hoyos y no ve al líder como un puntito en el horizonte, sino como una figura grande y hermosa.
La clave de la vuelta de Anglés ha estado en la transición del hoyo 18 al 1. Golf Costa Adeje es un campo que te lleva con la soga al cuello. Los pares saben a bogeys y hay que tener mucha sangre fría y los nervios de acero para no dejarse consumir por esa sensación de ir perdiendo terreno en cuanto no haces un birdie cada dos hoyos.
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Ha habido un momento que Anglés estaba perdiendo esa batalla psicológica. Ha perdido la bola en el 15, le ha entrado cierta impaciencia y ha terminado fallando un putt corto en el 18 que le ha sentado como una puñalada. Justo ahí, cuando marchaba -1 y con la sensación de que se estaba quedando fuera de la pelea, ha sabido recomponerse. Ha cambiado su actitud. «Ahora el campo nos va a dar todo lo que no nos ha dado en los primeros nueve hoyos», se ha dicho subiéndose al tee del 1. La ha echado al suelo y se ha puesto a hacer birdies como si no hubiera un mañana: cuatro consecutivos y seis en siete hoyos. «El momentum», ha definido Anglés.
Arnaus, por su parte, ha conseguido domesticar un poco mejor su juego esta semana. Ha trabajado duro con su profesor, Mike Walker, ausente la semana pasada, y ha dado varios pasos al frente. Especialmente, ha conseguido dominar mejor el vuelo de su bola y confiar más en las nuevas distancias. «He pasado de pegar 86 metros con el 60 grados a hacer 103 metros y con un vuelo diferente, más penetrante. A todo eso me tengo que ir acostumbrando y esta semana hemos dado un paso adelante», asegura Adri.
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Hoy ha hecho hasta nueve birdies, a pesar de alguna escapada salvaje con el driver, como en los hoyos 18 y 9. En cualquier caso, siempre ha estado en juego. Precisamente, esos golpes que se le rebelan con el drive y los hierros largos tienen su explicación en ese vuelo más penetrante que hace su bola con el nuevo swing. Es cuestión de tiempo que las piezas vayan encajando a la perfección. Mientras tanto, lo más importante es que Adri está convencido del potencial que tiene con esta nueva línea de trabajo… Y los resultados empiezan a verse.
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El resto de españoles que ha jugado en el turno de mañana se ha quedado bastante retrasado, aunque con matices. Pedro Oriol (-2) ha conseguido superar un bache de tres bogeys consecutivos para acabar con una vuelta que lo tiene metido de lleno en la pelea. A los demás, les tocará remar: Gonzalo Fernández Castaño (-1), Jorge Campillo (-1), Carlos Pigem (-1), Luis Claverie (PAR), Álvaro Quirós (+1), Borja Virto (+1) e Iván Cantero (+3).
