Frustración y rabia son las palabras que definen el estado de ánimo de Sergio García (+4) al acabar su segunda ronda del Masters de Augusta. El golfista de Borriol se queda fuera del corte del primer Grande de la temporada después de entregar una ronda de par que debió ser mucho mejor. Al menos, así lo siente él tras el juego que desplegó.
Una debacle que amenaza con cambiar el orden mundial del golf
Sergio admite que el jueves no estuvo a su nivel habitual de tee a green, especialmente con el driver, sin embargo sí que este viernes ha puesto sobre el tapete de Augusta un golf poderoso y de alta escuela. Ha pegado golpes muy buenos, pero no ha recibido todo el premio que merecía. Un castigo cruel que no empaña la buena sensación de haber recuperado las constantes vitales de su juego.
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Aquí les dejamos sus declaraciones completas:
Un balance doloroso… «Me fastidia porque siento que no he jugado para fallar el corte pero es lo que quería el destino. He jugado muy bien. Es difícil saber qué decir. Siento que debía haber hecho dos o tres bajo par tal y como he jugado hoy. No he podido pegar un golpe más de los que he hecho. Lo mínimo debía haber sido dos o tres bajo par y no encuentro una explicación de por qué no ha ocurrido. Pero esto es lo que hay. En ocasiones las cosas no quieren salir. Lo bueno es que jugué bien. He peleado muchísimo y eso es lo que me llevo».
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Un amor que no siempre es correspondido… «Queda mucho por delante por lo que jugar y pelear, pero fallar el corte aquí no ayuda, sobre todo porque venía jugando muy bien. Cierto es que ayer jugué peor, pero hoy lo he hecho muy bien y no ha salido. Aún queda mucho por jugar esta temporada, pero me duele porque es el Masters y me encanta. Me duele porque me importa. Me gustaría recibir a veces un poco más de cariño de este campo».
