Jon Rahm (+3) ha entregado una tarjeta de 73 golpes en la primera jornada del PGA Championship. No es el inicio soñado, cierto. Está lejos de ello, de hecho, pero también es verdad que tuvo que lidiar, como todos los de la tarde, con las condiciones más complicadas. No sólo por el viento, que sopló con más fuerza, sino sobre todo por la situación del campo. El cambio de la mañana a la tarde fue radical y Jon cayó en esa trampa.
No se puede decir que Jon no hiciera los deberes en la primera jornada del PGA Championship. Como jugaba por la tarde dedicó una buena parte de la mañana a ver el juego por televisión en compañía de Adam Hayes, su caddie. Ahí es donde se fabricó la trampa.
Los dos fueron apuntando cómo iba respondiendo el campo en según qué golpes y circunstancias. Se hicieron una idea mental muy aproximada de lo que se iban a encontrar y sobre este dibujo construyeron la estrategia. Sin embargo, Southern Hills tenía preparada una sorpresa letal. Su transformación fue increíble. «Se ha puesto muchísimo más duro. Había greenes donde nosotros habíamos visto por la mañana que la bola recibía bien que por la tarde era imposible frenarla. Pero no sólo yo. Tanto Scheffler como Morikawa han pegado golpes muy buenos que no han podido parar en los greenes. La bola pegaba botes muy duros y largos, difícil de controlar», confesaba Rahm a Ten Golf nada más terminar su ronda.
Jon sabe que su juego también pudo ser mejor, pero lo achaca sobre todo a las condiciones del terreno. Lo despistó y le hizo perder, quizá, un poco de confianza. Desde el tee pegó muy bien a la bola, pero con los hierros a green no estuvo tan certero. Aún así, el golfista de Callaway está muy tranquilo respecto a su juego. El swing está donde tiene que estar y se ve con margen de maniobra para los tres días que restan.
Por cierto, el golfista español Eugenio López Chacarra, que estudia en Oklahoma State y que acaba de ganar los Regionals en Estados Unidos, ha estado este jueves en Southern Hills siguiendo a los españoles. Ha estado muy cerca de Sergio García y Jon Rahm durante la tarde y confirmaba las sensaciones de Rahm. «Yo nunca he visto este campo tan duro. Es impresionante cómo corre la bola en la calle y lo firmes que están los greenes», aseguraba a Ten Golf.
Chacarra habla con conocimiento de causa, no en vano, su universidad está a una hora en coche de Southern Hills y juegan en este campo dos veces al mes. Su mejor resultado aquí, por cierto, ha sido siete menos, aunque no con las condiciones de un Major, aclara.
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Lo mejor, en todo caso, es dejar que sea el propio Jon Rahm quién explique la trampa que le tendió el campo de Tulsa…
