Después de siete hoyos Patrick Reed no había cogido una calle en Winged Foot y marchaba uno bajo par. ¿Y eso cómo se come? ¿No era crucial ir por el fairway en este US Open para no estrellarse?
Pablo Larrazábal: Hay que ver lo que disfruté aquellos primeros 27 hoyos…
Pues bien, hay alguna que otra explicación. La primera es que las condiciones, sin ser fáciles ni mucho menos, no son las propias de una masacre. Se están viendo birdies, los greenes están algo más receptivos de lo que cabía esperar y el que está jugando bien lo está aprovechando. Con cero calles en siete hoyos había cogido cuatro greenes. Está muy difícil, pero lejos de ser imposible.
Podcast: Algo no termina de cuadrar en Winged Foot
La otra explicación es la magia de Reed. Primero aprovechaba el hoyo 6, el par 4 más corto de Winged Foot para dejarse una buena opción de birdie de dos metros desde el rough, y después conseguía un estelar hoyo en uno en el 7. Es el tercer hoyo en uno del US Open en Winged Foot. Los dos primeros fueron para Mark McCumber en 1984 (hoyo 10, primera vuelta) y para Peter Hedblom en 2006 (hoyo 3, tercera ronda).
Captain A̶m̶e̶r̶i̶c̶a̶. Captain Ace!@PReedGolf with the first hole-in-one in the 120th #USOpen. pic.twitter.com/gV5dJZ6OrF
— U.S. Open (USGA) (@usopengolf) September 17, 2020