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Martin Kaymer, el héroe que bien pudo serlo de una Davis o de la Euroliga

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Por Pedro Fernández

Martin Kaymer no estaba colocado en el penúltimo partido del domingo de la Ryder Cup por mera casualidad. Ni muchos menos…

Es cierto que no llegó bien a Medinah y que extramuros del equipo había cierta desconfianza sobre su rendimiento. Sin embargo, José María Olazábal tenía fe ciega en el alemán.

Todos estábamos convencidos el domingo de que si había alguna opción de ganar aquella milagrosa tarde en Medinah era con el punto final de Francesco Molinari, pero el capitán no tenía ninguna duda de que si hacía falta el punto de Kaymer lo tendríamos. Los acontecimientos se precipitaron. Los partidos fueron cayendo mejor que en la mejor de las previsiones. Y así fue. Martin dio el punto. Y no ante un cualquiera. Frente a Steve Stricker, un tipo con mucho kilómetros en sus piernas.

¿Y cómo es el héroe de Medinah fuera del campo? Pues un tipo sensacional. Es simpático, risueño, divertido, hablador, con un rollo fantástico con los españoles… y, sobre todo, un deportista de los pies a la cabeza. Tiene un cuerpo perfecto. No tengo ninguna duda de que podría haberse dedicado a cualquier deporte. Lo mismo habría ganado una Copa Davis, que un Mundial de balonmano o el título de Moto GP por delante de Jorge Lorenzo. Es un portento de la naturaleza. Os lo prometo. He visto a muy pocos escoltas en la ACB, por no decir a ninguno, con el cuerpo de Martin.

Y sabe tela. Estuvimos hablando largo y tendido sobre baloncesto. La NBA la controla a tope y conoce a todos los jugadores de la selección española, pero también sabe de la ACB. Me quedé alucinado. Me preguntó los equipos en los que había jugado y yo me dije ‘ya verás, a ver cómo le explico yo a este chico qué equipos son, no va a conocer a ninguno.’. Garrafal error de cálculo mío. Le hablé de Sevilla y lo conocía y cuando le mencioné al Canarias me soltó: «sí, sí, esos son los que juegan siempre de amarillo». Me quedé a cuadros y le di un abrazo. No me pude contener.

También es muy profesional. Tiene las rutinas perfectamente establecidas y no se las salta por nada del mundo. Siempre hace lo mismo durante el mismo tiempo antes de jugar. Desayuna siempre lo mismo, hace los mismos estiramientos… Ahí me recuerda a Raúl Pérez, un mito del baloncesto que igual algunos no conocéis, pero que fue internacional y es una leyenda en Sevilla. Un tipo estupendo.

Si cuando te presentan a Martin te dicen que se llama Martino y que nació en Sicilia te lo crees. No parece alemán. Es de sangre latina. Sangre de héroe.

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