Inicio Grandes Circuitos PGA Tour Keith Mitchell: la redención del pegador “don nadie”

Keith Mitchell: la redención del pegador “don nadie”

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Keith Mitchell posa con el trofeo de campeón del Honda Classic. © PGA Tour
Keith Mitchell posa con el trofeo de campeón del Honda Classic. © PGA Tour

“Conozco muy bien a Keith. Hemos jugado juntos en varias ocasiones, tanto en el Latinoamérica como en el Web. La última fue en Bahamas en 2017, el año que ascendió al PGA Tour. Es un tío muy majo, muy sociable, se lleva bien con todo el mundo”. La descripción del español Samuel del Val sobre el flamante campeón del Honda Classic encaja rápido y bien a la vista del aluvión de felicitaciones que recibió de otros jugadores a través de las redes sociales. Es innegable que Keith Mitchell es un tipo querido, pero más allá de eso su travesía hasta llegar aquí es muy interesante y merece la pena sacarla a la luz.

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Su victoria en el PGA National frente a Brooks Koepka y Rickie Fowler es la viva imagen del sueño americano. Es la historia de una redención. Todos los que lo han visto jugar coinciden en que tiene mucho talento. En cualquier tertulia de ‘locker room’ se decía que Mitchell iba a ganar más pronto que tarde. Su potencial era enorme. “Siempre fue el típico jugador que pegaba muy bien a la bola y, sobre todo, muy largo. De hecho, tiene una marcha extra que no suele usar, pero cuando la saca a pasear es de otro nivel”, asegura Del Val. En 2016 fue el tercer máximo pegador del Web.com Tour y en 2017 ocupó la quinta plaza. El Web es un circuito donde los jugadores pegan a la pelota como si no hubiera mañana, ya que los campos están preparados para favorecer precisamente a los más largos. El año pasado ya se colocó en la décima posición de distancia con el drive en el PGA Tour. Ahí están sus credenciales.

“Pegaba cada golpe como si fuera a todo o nada, como si me estuviera jugando la temporada ahí. A vida o muerte. Y así no se puede jugar al golf»

Lo tenía todo para ganar, aunque en realidad le faltaban algunas cosas. La primera era el putter. “Yo creo que era lo que más le fallaba”, asegura Samuel. Y lo segundo, su actitud. “Pegaba cada golpe como si fuera a todo o nada, como si me estuviera jugando la temporada ahí. A vida o muerte. Y así no se puede jugar al golf. Tenía mucha ansiedad. La semana pasada, que no jugamos, estaba alterado, agitado, frustrado de no estar teniendo mejores resultados. Estaba dejando que mis emociones, porque sí, soy muy emocional, se apoderaran de mí, y lo hablé específicamente con mi caddie antes de empezar el Honda Classic. Hemos trabajado mucho esta semana para intentar dejar las emociones a un lado y pensar sólo en los golpes que queríamos ejecutar. De hecho, nos hemos olvidado los cuatro días de las banderas. Salvo que tuviera 120 yardas o menos a green, no miraba al trapo, ni siquiera tomaba distancias, simplemente tiraba al sitio de green donde yo pensaba que debía estar, sin importarnos dónde estaba el hoyo. Hay greenes a los que he tirado los cuatro días al mismo sitio, a veces estaba más cerca de la bandera y otras veces más lejos”, explicaba Mitchell ayer después de levantar el trofeo. Era su manera de tener bajo control la ansiedad. Y es que Mitchell es un jugador agresivo…

Dos buenos ejemplos de su evolución en este sentido los vivió ayer mismo, durante la última ronda. Hizo bogey en el 1 y en el 2. Comienzo demoledor. Caminó al 3 con la cabeza baja y sin hablar con su caddie. No habían sido nervios, sino errores de ejecución y cierta ansiedad. Se le encendió una alarma y se recordó el mantra de la semana. “Las emociones, a un lado”. Subió al tee del 3 con la única idea de hacer birdie y generar un impulso, dejando atrás los bogeys. “Pegué un buen drive y tenía distancia para llegar de dos a green. Siempre, y digo siempre, el Keith que yo conozco habría tirado a green para intentar dejarse una opción de eagle, sin embargo, decidimos jugar corto y sacamos el birdie con el tercer tiro”. Siguieron el plan, no las emociones.

En aquel tiro empezó a ganar el Honda Classic. Gracias a esa decisión en el hoyo 3, le costó muy poco asumir que no podría tirar de dos en el hoyo 18 tras marcharse al búnker desde el tee. Sabía que también podía dejarse una opción de birdie con el tercer golpe. Y eso hizo… Las emociones, aun lado.

GOLPE DEL DÍA | El sensacional putt ganador de Mitchell en el Honda Classic

El momento de la verdad fue el putt de cuatro metros y medio en el hoyo 18. Si embocaba ganaba. Si fallaba salía al desempate frente a Koepka y Fowler. Era imposible no recordar el mismo putt que tuvo en el último torneo regular del Web en 2017 para sacar la tarjeta del PGA Tour. Eran unos cinco metros. Si metía, acababa en el top 25 y se ganaba el ascenso. Si fallaba acababa el 26º. Y falló. Su reacción fue extraordinaria. A la semana siguiente terminó segundo en el primer torneo de los playoffs del Web y logró la tarjeta del PGA Tour, pero lo que ha sufrido por ese putt no se lo quita nadie.

“No sé cuántas veces he pensado en ese putt, pero unas miles… Siempre está presente. Es inevitable pensar que todos los jugadores que ganan antes o después logran su primera victoria y yo siempre he querido, he soñado, con ser un jugador ganador, pero no llegaba y te genera ansiedad y dudas…”, asegura.

“Siempre fue el típico jugador que pegaba muy bien a la bola y, sobre todo, muy largo. De hecho, tiene una marcha extra que no suele usar, pero cuando la saca a pasear es de otro nivel”

Mitchell está convencido de que no le ha venido bien que muchos de sus compañeros le acariciaran cada semana el lomo recordándole lo bueno que era y diciéndole que su primer triunfo era una cosa de tiempo. Eso le ha ido generando aún más ansiedad. Quizá por eso, fue clave también en su victoria el recorte de un periódico local que le envió un amigo el sábado por la mañana cuando se pudo líder del Honda Classic. “Un ‘don nadie’ al frente de la clasificación”. “No critico el titular, lo entiendo perfectamente, pero fue una motivación, Yo también quería ser un ganador y me mentalicé que debía ser esta semana”, señaló.

REDES | El aluvión de felicitaciones a Keith Mitchell tras su primer triunfo en el PGA Tour

Su redención es total. Ha logrado una exención de dos años para el PGA Tour, “lo más importante para mí además del abrazo que me doy a dar con mi madre” y va a hacer realidad la promesa de un buen amigo suyo de Augusta. “Cuando juegues el Masters te quedas en mi casa”, le dijo. “Espero que lo tenga ya todo preparado para dentro de poco más de un mes”, remató Mitchell.