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Otros dos fichajes de relumbrón del European Tour y la paliza de Otaegui

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Tony Finau. © Golffile | Fran Caffrey
Tony Finau. © Golffile | Fran Caffrey

– El European Tour ha hecho dos nuevos ‘fichajes’ transoceánicos. Dos grandes capturas. Esta semana se han hecho miembros del circuito Billy Horschel y Tony Finau. Una excelente noticia que llega apenas unos días después de confirmar que la Final de Dubai entregará un cheque de tres millones de dólares para el ganador. La estrategia de Keith Pelley parece que, de momento, surte efecto y está consiguiendo atraer a los buenos jugadores norteamericanos. Finau y Horschel se unen a Patrick Reed, Xander Schauffele y Bryson DeChambeau. Buena cosecha. Todos ellos están entre los 40 mejores jugadores del mundo.

Adrián Otaegui ha recorrido en los dos últimos días un total de 23.397 kilómetros. Primero voló de Australia a Dubai. Allí supo que entraba en el WGC México y se subió a otro avión hasta Houston. Y de ahí viajó a México. Una locura. Su cambio horario entre Perth, donde estaba el domingo, y Ciudad de México, a donde ha llegado este miércoles es de 14 horas. Si tienen alguna duda sobre el jet lag, no duden en preguntar a Adrián. La gran incógnita no es tanto saber cómo se adaptará su golf a la altura de la capital mexicana, que también, y especialmente con tan poco tiempo de práctica, como de qué forma va a responder su cuerpo y su cabeza a semejante paliza.

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– “Es mucho peor la sensación de perder un torneo que la alegría de ganarlo”. La frase, bastante lapidaria, pertenece a Justin Thomas. La pronunció este lunes, apenas unas horas después de que se le escapara el Genesis Open tras un mano a mano contra J.B. Holmes. Este miércoles, el veterano periodista Doug Ferguson, ha preguntado a Jon Rahm su opinión al respecto. “No tengo ninguna duda de que Justin tiene razón. Es un tema psicológico. La victoria la dejas atrás mucho más fácilmente que la derrota. Es por lo mismo que necesitas cinco o seis pensamientos positivos para borrar uno negativo”, señaló.

En este sentido, Jon rebuscó en sus más oscuros recuerdos para encontrar la derrota más dura de su carrera. No tardó en hallar el día. “Fue en la Copa de Sotogrande de 2012, cuando aún era amateur. Jugábamos por países y era un torneo de mucho prestigio. El último día iba cinco abajo después de once hoyos y tenía una ventaja muy importante. Sin embargo, a partir de ahí todo salió mal, perdí la ventaja, salí al desempate con otros dos jugadores, Kristoffer Ventura y Robin Lind, y el playoff lo ganó Lind. Fue muy duro. Eso se quedó conmigo mucho tiempo, pero hay que seguir adelante y aprender. Nunca imaginé que yo podía ser el tipo de jugador que pierde una ventaja como la que tenía, pero ocurrió, es golf y hay que aprender para intentar que no vuelva a pasar”.

Jordan Spieth llevará a su padre de caddie esta semana. La razón es luctuosa. Este miércoles, Michael Greller, el compañero habitual de Spieth, ha recibido la noticia de que su padre ha muerto de manera repentina. Rápidamente, se ha desplazado de vuelta a su casa en Estados Unidos para estar con su familia. Su sustituto será Shawn Spieth.

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Bryson DeChambeau está como unas castañuelas. Se lo está pasando pipa esta semana. “Me encanta el desafío de este campo y la altura. Va a ser un test muy interesante. Aquel jugador que realice los mejores ajustes y lo ejecute bien, va a ganar. Va a ser divertido. De verdad, me encanta todo”, asegura.

El físico va un paso más allá que el resto a la hora de saber qué palo debe pegar en cada momento según la distancia y la altura. Al menos, eso dice él. “Mientras lo demás realizan un porcentaje respecto a lo que pegan habitualmente, nosotros hemos desarrollado un algoritmo que nos dice lo que tenemos que pegar y es casi perfecto”, asegura.

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DeChambeau asegura que nunca había jugado a tantos metros de altitud. De todo lo que ha experimentado con la bola, lo que más le ha llamado la atención es la falta de spin por la densidad del aire. “Puedes pegar a la bola a dos mil revoluciones, que no está nada mal cuando juegas al nivel del mar, pero aquí, con ese ritmo, si la bola no sale muy alta no va a ningún sitio”. Será divertido ver esta semana a DeChambeau.

– En el lado opuesto a DeChambeau está Brooks Koepka. El Número 2 del mundo lo hace todo a ojo. “No tengo un TrackMan conmigo, ni nada de eso, así que es visual. Pero estoy seguro de que si haces swing fuerte y lo elevas, va a volar mucho. Pero no lleva mucho tiempo adaptarse. Solo estamos calculando todo de nuevo a lo que sería al nivel del mar, jugándolo con un cierto porcentaje.

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– Para Phil Mickelson, lo más importante esta semana no es tanto adaptarse a la altitud como a los greenes. “Lo más difícil es aprender cómo reaccionan los greenes, cómo reciben la bola, cuánto rebota, cuánto retrocede. Este es el tipo de interrogante más grande, no tanto lo lejos que vuela la bola porque tengo muy buenas datos al respecto de los dos últimos años”.