Inicio Masters de Augusta Masters de Augusta 2018 Dos charlas íntimas en los greenes del 5 y del 8

Dos charlas íntimas en los greenes del 5 y del 8

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Rafa Cabrera Bello, durante su primera ronda en el Masters de Augusta.
Rafa Cabrera Bello, durante su primera ronda en el Masters de Augusta.

Rafa Cabrera Bello acabó su primera ronda en el Masters de Augusta con una amplia sonrisa de oreja a oreja. Tenía motivos más que suficientes para estar satisfecho. Primero por firmar la mejor tarjeta de su carrera (era su séptima vuelta en Augusta y nunca antes había bajado de 70 golpes) y segundo por cómo reaccionó a un comienzo más que delicado.

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La ronda tuvo dos momentos claves y así lo explica el propio jugador canario. Uno fue en el green del hoyo 5, donde cometió doble bogey después de hacer cuatro putts, tres de ellos desde apenas un metro. Un traguito. Se ponía con +3. Ahí, Rafa se paró diez segundos y tuvo una conversación consigo mismo. “Vamos a ver, nadie puede estar satisfecho por hacer cuatro putts en un green o tres desde un metro, eso no gusta a nadie, pero por suerte o por desgracia no es la primera vez que ocurre, así que me dije que era algo que en este campo le puede pasar a cualquiera”, explica.

«Nadie puede estar satisfecho por hacer cuatro putts en un green o tres desde un metro, eso no gusta a nadie, pero por suerte o por desgracia no es la primera vez que ocurre, así que me dije que era algo que en este campo le puede pasar a cualquiera»

Esa fue la primera charla íntima y seria de Rafa en la primera ronda del Masters. Se convenció de que sí, era un revés, obviamente, pero lo había que asumirlo como un accidente. Estaba jugando bien y no estaba por la labor de que aquello lo desviara del rumbo. “Había pegado buenos golpes y me había dejado algunas opciones de birdies en esos primeros hoyos. No estaba teniendo suerte con el resultado, pero nada más”, asumió.

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Este monólogo interior fue mano de santo. El siguiente, ya definitivo para lanzar la vuelta, se produjo en el green del hoyo 8. “Pegué un gran golpe en el 6 y me dejé una buena opción de birdie, después metí un gran putt en el 7 de birdie que me ayudó mucho y por último jugué el hoyo 8 de libro para hacer otro birdie. Allí, en el green, me dijo, perfecto, ya estamos de vuelta…”, explicó.

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Las dos conversaciones son el fiel reflejo de la madurez de un jugador que admite sin pestañear que está en el mejor momento de su carrera y en el lugar y tiempo idóneo para ganar un grande. Eso no significa obviamente que lo vaya a ganar o que la victoria sea una obligación, ni mucho menos. Simplemente indica una realidad. Rafa está mejor preparado que nunca para ganar un major. Después, claro, deben darse todas las circunstancias que se necesitan en una semana de este calibre para que suceda. Ayer, para empezar, ya se dio la primera. Supo reaccionar como un campeón para meterse no sólo en el torneo sino en la pelea con los mejores. Fue algo así como cuando un GPS se pierde y comienza a recalcular la ruta… Rafa dio la vuelta a tiempo y sale reforzado.

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