Rafa Cabrera Bello (+1) ha vivido hoy la otra cara de Augusta. Es curioso. Ayer empezaba con problemas y después terminaba con un ciclón para firmar la mejor tarjeta de su carrera en el Masters. Hoy ocurría justo al contrario.
El canario ha tenido un buen inicio, peleado, pero sólido. Era un precioso intercambio de golpes entre el campo de Atlanta, fiero de nuevo, con viento y greenes muy firmes, y el golfista español. Ahora te doy yo, ahora me das tú. En el equilibrio salía ganando Rafa, que al paso por el hoyo 10 marchaba con -1 en el día luchando por el liderato del torneo.
Dos charlas íntimas en los greenes del 5 y del 8
La última palabra siempre la tenía Rafa. A cada bogey respondía con un birdie tras jugar un hoyo de libro. Era una montaña rusa con más sonrisas que mareos… Eso sí, hasta que llegó al Amen Córner. Ahí llegó un serio rapapolvo. Hizo doble bogey en el monstruo (hoyo 11) y bogey en el 12. Ambos, además, muy parecidos, errando el golpe de approach alrededor de green. Se dejaba terreno, pero había llegado en tan buena situación que tampoco hacía demasiado daño.
Rafa pensaba en los dos pares cinco que tenía por delante y no había por qué encender ninguna alarma. Había margen. Sin embargo, no pudo aprovechar ninguno. En el 13 falló la salida y el birdie se puso cuesta arriba, y en el 15 se fue de dos a por el green, se marchó largo y tampoco anduvo demasiado fino con el approach. Tampoco el putt acudió al rescate como ayer. Hoy no ha tenido ningún bonus con un palo que se está comportando de cine en las últimas semanas.
La cesta del olvido, un putt grabado y el gran disgusto
El final de la vuelta, con dos bogeys en el 17 y 18, de nuevo con dos approachs en los que no logró dejarla cerca, le añadió un punto más amargo a la ronda. Finalmente, vuelta de 76 golpes. Se trata de un paso atrás, aunque lo positivo es que había avanzado ayer tanto que no tienen nada perdido. No pasa nada si la de hoy ha sido la vuelta mala, por delante hay un fin de semana en el que todavía hay mucho que decir. No en vano, los líderes no se van a alejar demasiado.
