Hace 364 días se disputó en Shinnecock Hills la primera ronda de la 118ª edición del US Open, con un saldo de cuatro tarjetas por debajo del par, todas en -1 y con el registro de +1 claramente metido dentro del top ten. Hoy, tras la primera ronda de la 119ª edición del US Open en Pebble Beach, tenemos a 39 jugadores por debajo del par, a un líder excelso, Justin Rose (-6), que ha firmado un 65 y al registro de +1 justito en la línea el corte. Sólo en Erin Hills, hace dos años, hubo más vueltas bajo par (44) en la primera ronda.
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Los rectores de la USGA no mentían: si algo no quieren esta semana, es lío con los jugadores. Lo que no significa, por supuesto, que el torneo se vaya a ganar con -15 ó -20. Ni tampoco que esta primera jornada haya sido una ‘maría’, indigna de un Grande. Pebble Beach ha sido hoy todo un reto para los mejores jugadores del mundo, pero no un reto imposible. Ni grotesco, que es así como prefieren llamarlo los más críticos con la habitual línea de actuación de la USGA en la preparación de su torneo.
Un drive liberador y la arruga bella de Rafa Cabrera
Pebble Beach, previsiblemente, se irá poniendo más duro según avance la semana. Mientras tanto, tenemos a un nutrido grupo de jugadores que han acertado a hacer acopio de birdies, por lo que pudiera venir. Un interesante colchoncito. Entre ellos, los cuatro españoles presentes en la cita, porque Rafa Cabrera Bello (-1), el único que jugaba en el turno de tarde, también ganaba al campo y a punto estaba de hacerlo con el mismo resultado que Arnaus, García y Rahm (69 golpes), si no llega a ser por un bogey tontorrón en el hoyo final de la ronda.
A Sergio no le hace falta poner el ‘rictus’ de guerrero para pelear
Rose es un líder serio de un torneo serio, aunque sea en una versión más ‘light’, de acuerdo a los extravagantes estándares del US Open. Digamos que esta primera jornada ha dejado satisfecho, al menos moderadamente, a las dos facciones: la de quienes defienden un torneo artificialmente duro y extremo, y la de aquellos que entienden que no se puede ni debe llevar a los jugadores con la soga al cuello, más allá de lo que la madre naturaleza disponga.
El novato que hizo de Pebble Beach el jardín de su casa
Los primeros escarceos nos dejan, además, una clasificación muy atractiva, con Fowler, Oosthuizen y Schauffele a un golpe del líder, con Rory arriba, igual que Koepka (el hombre que merece todo el crédito, pues ganó en el festival de Erin Hills y en el infierno de Shinnecock), Kuchar, Stenson, Molinari o el mismo Woods, que a trompicones se ha situado ahí donde le gusta en el arranque, en una segunda línea.
