La historia del año es una muy curiosa. No diría que graciosa, por que no lo fue para nada, pero al menos sí curiosa y ahora con el tiempo hasta nos podemos reír de aquello.
Estábamos en el Porsche Open, en la primera jornada del torneo, hoyo 11. Es un par 5 que tiene agua a la derecha y fallamos la salida a la derecha. No sabíamos si estaba en el agua porque la bola iba muy al límite y no vimos salpicar. Así que nada, nos fuimos para allá y nos pusimos a buscar la bola. No aparecía, no aparecía, se terminaba el tiempo y, de pronto, entre unas hierbas, metida en el agua, veo una pelota Callaway con una raya roja, que es lo que nosotros solemos jugar. Joder, menos mal, un alivio. Fenomenal.
Nacho la intenta sacar al primer intento y no puede. En el segundo intento sí la sacar y nos cruzamos a un rough altísimo al otro lado de la calle. Del rough alto vamos a una zona de ‘waste area’. Seguimos. El siguiente golpe no llegamos a green y ya por fin aprochamos y la ponemos en el green. Sí, un poco drama…
Una vez en el green, Nacho coge la bola y me la pasa para que la limpie y le digo oye tiene como un filazo, creo que hay que cambiarla. La mira Nacho, la miro yo otra vez y de pronto vemos que sí, que tiene la raya roja, pero no encontramos un punto con el que también marcamos la bola. Madre. No era nuestra bola…
Me cago en diez. No habíamos pisado la calle en ningún momento y no habíamos tenido la posibilidad de identificar la bola. Cuando vemos que no es la nuestra, nos miramos con cara de estupefacción. No sabíamos ni lo que teníamos que hacer. Habíamos ido por todos los lados y no sabíamos casi ni las que llevábamos… Nos empezamos a reír por no llorar. Oye tú, como ahora sean dos golpes de penalidad por cada uno que hemos dado con la bola incorrecta a lo mejor nos dicen que llevamos 25 golpes. De locos. Vamos a batir todos los récords…
Por suerte, al final nos dijo el árbitro que sólo tenía golpe de penalidad el primer golpe que hicimos desde el agua… Uf, menos mal. Aún así acabamos con 10 golpes. Creo que nunca voy a olvidar nuestras caras cuando nos miramos y dijimos y ahora qué, a ver cómo escapamos de aquí porque podemos hacer un récord. El resto no estuvo mal y remamos al día siguiente para fallar el corte por una. Esa cara que teníamos cuando nos miramos y dijimos cuántos golpes llevamos…
Otra anécdota de este año fue en Crans. Nos hizo mucha gracia. Estábamos saliendo del green del 7 al tee del hoyo 8 y de repente voy andando, se me atasca el pie en la hierba y se me levanta toda la suela del zapato, se me despegó completamente e iba andando como los payasos. No le dije nada a Nacho hasta el hoyo 9 y si me veis andando para no tropezarme como un payaso… En la calle del 9 ya se lo dije a Nacho y dijimos: si haces birdie me voy corriendo (o como fuera) al vestuario y cambio las zapatillas… Y así fue, hicimos birdie y me cambié después de andar toda la cuesta del hoyo 9 como Fofito.
Diego Suazo es el caddie de Nacho Elvira
Muy buenas las anecdotas!!!