Inicio Blogs El Arreglapiques Ese instante en el que Mickelson te dice: «¿hacéis algo mañana?»
La historia de un partido improvisado con Alex del Rey y David Puig hace un mes

Ese instante en el que Mickelson te dice: «¿hacéis algo mañana?»

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Phil Mickelson
Phil Mickelson. (© Golffile | Eoin Clarke)

Corrían los primeros días de 2023. Alejandro del Rey y David Puig coinciden en San Diego para entrenar. Son buenos amigos, compartieron universidad en Arizona State y tienen el mismo agente. Los dos trabajan su golf con Dave Phillips, el mismo gurú que vela por el swing de Jon Rahm en Estados Unidos, así que aprovecharon para realizar juntos una especie de mini pretemporada. 

Uno de esos días, Alberto Sánchez, golfista de origen mexicano y con pasado Sun Devil, de la generación de Rahm, y que está haciendo de caddie a David Puig, monta un partido con los tres y Danny Ochoa, jugador estadounidense que militó en Southern California entre 2014 y 2017. Al acabar el partido, a la hora de los postres, «¿a Danny se le calentó el pico y nos dijo: si queréis llamo a Phil ahora mismo y tratamos de cerrar un partido para mañana? Y nosotros, sí claro, venga va, seguro que no…», cuenta Alex del Rey a Ten Golf. Un clásico.

Ochoa es un jugón de talento descomunal que no termina de encontrar la manera de rendir al máximo en competición. Aseguran que tiene una velocidad de bola superior a las 190 millas por hora, pero de momento no se ha podido enganchar al golf profesional. Apenas ha jugado once torneos valederos para el ranking mundial, la mayoría en el PGA Tour Latinoamérica, y su mejor resultado ha sido un octavo en el Open de Argentina de 2022. Tiene 27 años.

Mickelson es uno de los incondicionales del golf de Ochoa y no duda en entrenar con él siempre que encajan las agendas. Por eso, cuando recibió la llamada aquella noche, respondió y se montó el partido al día siguiente. Pocas cosas le gustan más a Mickelson que un match improvisado con jóvenes talentos. La cita fue en el The Grand Golf Club de San Diego, a un cuarto de hora en coche de Torrey Pines.

Jugaron Puig y Del Rey contra Mickelson y Ochoa. «Fueron todo el partido ganando», relata Alex, pero los españoles le acabaron dando la vuelta. «Lo de Puig fue un festival de birdies y de juego. Yo hice lo que pude para aportar un poco y, sobre todo, no restar. Era casi un mero espectador. La exhibición la puso David y yo iba dejando aquí y allá alguna aportación», explica el madrileño.

Al falta de tres hoyos llegaron con el partido uno arriba para Mickelson y Ochoa. «Yo hice birdie al 16 para empatar el hoyo. En el 17, un par 3 larguísimo, de unos 215 metros y agua por todos lados, David pegó un tiro brutal y la dejó a seis metros y yo la dejé a unos tres. Los dos para birdie. Primero pateó David y la metió. Y en el 18 fue festival Puig. Pegó drivazo al centro de la calle y un wedge impresionante a metro y medio del hoyo. Otro birdie y ganamos de uno», cuenta Del Rey.

Obviamente, la ‘afrenta’ no podía quedar impune. Se pueden imaginar cómo le sentó a Mickelson perder el partido. Así, nada más terminar, casi sin dar las buenas tardes, les dijo: «¿hacéis algo mañana?». Por desgracia, ni Puig ni Del Rey podían. David se marchaba a Arizona y Alex tenía vuelo para regresar a Madrid. La revancha queda pendiente y a Phil no se le va a olvidar así como así.

Por cierto, Mickelson ya perdió contra Rahm la primera vez que se enfrentaron en un match cuando Jon apenas era un universitario. Aquellos duelos están perfectamente contados por el golfista de Barrika en el libro Señalado por los dioses. Phil va a soñar con los españoles.