Tiger Woods es el ídolo de Branden Grace. Desde pequeño, casi desde que tuvo uso de razón golfística, el sueño del sudafricano ha sido emular al californiano…
Esta semana han jugado por primera vez juntos. No una, ni dos, sino tres vueltas en el WGC Bridgestone Invitational. “Ha sido como ciencia ficción”, señalaba Grace, quien además de cumplir un viejo anhelo ha ganado un admirador. Sí, el propio Tiger…
Woods no es hombre de ir regalando el oído a sus rivales. Es correcto, deportivo, caballero, pero no es un adulador. Ni mucho menos. Por eso sorprendió el piropo que lanzó a Grace después de la tercera jornada. “Hice birdie al hoyo 11 y pensé que estaba jugando muy bien, marchaba dos bajo par en el día, pero claro mi compañero de partido me iba matando. Yo jugué bien, pero él lo hizo aún mejor”, admitió el Número 2 del mundo. Y es que Grace estaba lanzando un carga brutal: seis bajo par en los primeros diez hoyos. Acabó con 66 golpes, dos mejor que Tiger.
Los elogios, no obstante, fueron de ida y vuelta. Grace andaba encantado con la experiencia. “He aprendido un montón a su lado, muchas cosas, cómo prepara los golpes, cómo se mueve por el campo, es el mejor del mundo y ahora he visto por qué. Creo que la gente que lo critica se equivoca. Es el tipo más encantador con el que he jugado al golf”, señaló rotundo el sudafricano.
La admiración por Tiger le viene de lejos a Branden. “Siempre ha sido mi ídolo. Mi aspiración ha sido parecerme a él y ojalá lo consiga algún día. Sé que estas tres vueltas las recordaré durante mucho tiempo”, sentenció Grace.
Al margen de piropos y alabanzas, lo cierto es que Grace se ha ganado por derecho propio el título de ‘Jugador Revelación’ del año. Sus victorias están ahí para dar fe de ello, pero quizá lo más importante ha sido su buen comportamiento en las grandes citas. Un tipo sin complejos.
