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La estratagema de Michael Jordan para regalar a Pippen sus primeros palos de golf

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Michael Jordan y Scottie Pippen.

En el episodio segundo de la serie documental ‘Last Dance’, producida por la ESPN y que ha comenzado a emitir Netflix, Scottie Pippen desvela las oscuras razones que llevaron a Michael Jordan a introducirle en el mundo del golf. La serie se centra en la figura del legendario Número 23 y de aquellos Chicago Bulls que hicieron historia en la NBA en los años 90.

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La anécdota es breve, pero tremendamente significativa. Refleja muy bien la personalidad de Jordan y su enorme capacidad de liderazgo en aquel equipo construido en torno a su figura. Todo ocurrió en 1987. Era el año de novato de Pippen en los Bulls y Jordan le regaló una bolsa de palos de golf. El espigado alero de brazos interminables jamás había jugado a ese deporte y la estrella del equipo quería introducirlo.

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«Parece un detalle muy bonito, ¿no?», le pregunta el entrevistador a Pippen. A lo que responde: «Lo único que pretendía era acercarme a ese nuevo deporte para sacarme el dinero». La competitividad de Jordan en estado puro.

‘Jump man’, por cierto, empezó a jugar al golf tres años antes y se quedó absolutamente enganchado desde la primera vez. ¿Cómo empezó Jordan a jugar al golf? Pues fue en la Universidad de North Carolina. Compartía habitación con Buzz Peterson, miembro también del equipo de baloncesto de la universidad.

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Peterson coincidía en las clases de psicología con un joven Davis Love III, integrante del equipo de golf de la universidad. Un día, saliendo de la clase, Love III le propuso a Peterson ir a dar unas bolas al Finley Golf Club, un campo cercano a la universidad.

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Cuando regresaron a la habitación se encontraron con Jordan y le contaron lo que habían hecho. «Venimos de jugar al golf», le dijo Peterson. Aquello se quedó retumbando en la cabeza de Michael unos cuantos días, aunque no pareció mostrar un gran interés a las primeras de cambio. Sin embargo, todo cambiaría con la eliminación del equipo de baloncesto en las semifinales de los Regionales del Este frente a Indiana. Ya fuera porque iban a tener más tiempo o porque Jordan sentía curiosidad, un día le pidió a Peterson y Love III acompañarlos al campo de golf. Al principio sólo anduvo con ellos y condujo el buggie, pero poco después ya probó con algún golpe y cayó rendido a ese nuevo deporte para siempre. Empezó a jugar con palos que le prestó Love III.