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Análisis de Jorge Campillo de la segunda ronda del PGA Championship

El rough salvaje de Oak Hill beneficia a Viktor Hovland

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Viktor Hovland - PGA Championship
Viktor Hovland chequea la distancia con el láser antes de pegar un golpe en el PGA Championship. (Photo by Scott Taetsch/PGA of America)

– No me bajo del burro con mis cuentas. Jon Rahm tiene que hacer hoy cuatro bajo para tener una opción el domingo. Si lo hace, estará en la pelea. No creo que el liderato se vaya mucho más allá de cinco o seis menos. Si se pone al par, tendrá mucho que decir el último día. Lo de ayer fue una pena. Su resultado sabe a poco. Jugó un gran golf. Se puso el traje de Número Uno y mereció más. Aún hay margen.

– Me gusta la clasificación y los ojos se me van a Viktor Hovland. Es un pálpito. Quizá ha llegado ya su momento de ganar un Grande. Ya estuvo arriba en el Masters y ahora repite. Recuerdo que jugué con él las dos últimas rondas del BMW International Open de 2021 peleando por la victoria. Tuve putt en el 14 el domingo para empatar y me acabó ganando por dos. Es muy sólido y, sobre todo, pega a los hierros muy rectos. Me hace gracia porque yo diría que su swing se da un aire al mío. Los dos estamos cruzados arriba y después bajamos por la línea. No son iguales, ni mucho menos, pero me recuerda un poco.

– Pienso que la parcela del juego más débil de Hovland es el juego corto, pero un campo como Oak Hill, con ese rough brutal, y aunque pueda parecer lo contrario a bote pronto, le beneficia. El rough es tan alto y tan denso que no te da opciones. Sólo puedes sacar la pelota de una manera: hachazo y ‘palante’. Es casi como una sacada de búnker y después tener suerte y que la bola responda bien. Los aprochadores más discretos prefieren un rough así que otro con menos hierba, donde hay más opciones y es necesario estar más fino. Por decirlo llanamente, en un rough tan duro no entran en juego el sapo y el filazo, que son los grandes temores de un jugador que no va sobrado aprochando. Es menos tenso Y cuando no estás en rough alto, esta semana te toca búnker, donde Hovland es muy bueno, o las zonas de escape desde donde se puede patear.

– Si Hovland patea bien el fin de semana estará para ganar el torneo. Es la clave. Dicho esto, parece evidente que el gran favorito es Scottie Scheffler. Está jugando muy bien y, sobre todo, está recuperando de maravilla cuando lo necesita. Sus dos bogeys en 36 hoyos lo dicen todo.

– Otros detalles: me sorprendería que Conners aguantara hasta el final, aunque el año pasado ya vimos lo que ocurrió con Mito Pereira. Y mucho cuidado con Brooks Koepka. Ayer, mejor vuelta del día y está metido de lleno en la pelea. Hoy juega con DeChambeau. Hace un tiempo habría tenido mucho morbo, ahora ya no porque son amigos. Sigo deseando que no gane un jugador de LIV…

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