No hubo que esperar a la mitad ni a los tres cuartos de sábado para que despertara el hombre del mazo o una pájara de dimensiones siderales. No hablo de la tercera jornada del Andalucía Masters, que también, sino de mí mismo. Tampoco hay que achacar esta especie de mal de altura que me noqueó la mañana-tarde sabatina a la testimonial visita nocturna horas antes a la Feria de Guadiaro. Hay veces que la maquinaria no responde; pregunten a cualquier maratoniano o ciclista, que desfallecen cuando menos se lo esperan sin que el cuerpo los haya alertado del bajonazo.
Un sábado cruel (Rahm aparte) que aún deja ver la botella medio llena
El tute, los paseos y el calor del jueves y el viernes pesaron lo suyo (y lo mío), como cuando el escalador lo da todo en los dos primeros días de una secuencia pirenaica de tres etapones de alta montaña y en la tercera tira la toalla en una cotita de tercera categoría poco después de la salida.
Jon sacude Valderrama y se mete en el partido estelar del domingo
La legañosa puesta en escena de este plumilla no prometía nada de nada, aunque el malestar quedó oculto momentáneamente al cruzar camino de Valderrama una rotonda de Pueblo Nuevo con un tributo muy especial en el centro: “San Roque a los trabajadores de golf”. Tan inspirador lema se evaporó al aparcar el coche y comprobar que por los pelos se me fue la furgoneta de cortesía (y eso que cité ayer a David Álvarez, caramba). La cuestecita me devolvió a la realidad, estaba cerca de acabar en la lona y eran las… 11:45.
Un par mágico desde los baños del 11 y otras lindezas
Ni siquiera la animosa parroquia cacereña que vitoreó a Campillo al final de su vuelta me dio energía. Tampoco fue reponedoras las justificadas críticas de Alejandro Rodríguez al pantalón de José Carlos Gutiérrez. “Vas de mal en peor”, le soltó entre carcajadas el periodista al entrenador del extremeño, que ha lucido tales prendas en los tres días de competición que John Daly es el David Beckham de la moda a su vera.
Vídeo | Sergio deja una recuperación a lo Seve en el 16 de Valderrama
De la sala de prensa al área de recogida de tarjetas habrá poco más, o menos, de 100 pasos. Fue el único camino que tomé, un par de veces ida y otras tantas de vuelta, y me quedé en el cuartel general viendo la vida pasar… y el torneo jugar.
Vídeo | El golpe sutil de Quirós desde el tee del 3 de Valderrama para dejarla dada
La foto pegadito a los tubos de aire acondicionado que me hizo el compañero José Manuel Cortizas, sin quejas de ningún tipo pese a llevar más de 25 kilómetros tras la estela de Jon Rahm sumando las tres primeras jornadas y el Pro-Am. ¡Honores para el vizcaíno!
Tee times: Rahm, en el partido estrella del domingo en Valderrama
Con tantas horas para pensar me vino a la cabeza en varios momentos lo que echo de menos las bellotas. Con el anterior calendario, octubre-noviembre, Valderrama es un campo de minas de este fruto, mientras ahora, cuando el sol luce a destajo y no hay rastro del agua otoñal, hemos perdido la distracción de dar puntapiés a las bellotitas, que en días tan espesos como hoy hubiera sido todo un consuelo.
