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El análisis de Jorge Campillo de la jornada final del US Open

Rory, la falta de finura y el definitivo cambio de marcha

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Rory McIlroy y Scottie Scheffler en la jornada final del US Open 2023. © Golffile | Pedro Salado
Rory McIlroy y Scottie Scheffler en la jornada final del US Open 2023. © Golffile | Pedro Salado

No se puede decir que Rory entregara a Wyndham Clark el US Open, porque entre otras cosas Clark hizo méritos importantes para llevárselo. Pero sí creo que es evidente que al norirlandés le faltó algo…

Está claro que Rory jugó con un plan más bien conservador, lo que parece muy razonable en un US Open, pero, incluso apurando hasta el final, yo destacaría un momento puntual donde sí debió buscar un cambio de marcha, propio de alguien como él: el segundo disparo en el hoyo 18, con un hierro 8 en las manos seguramente. También le faltó algo de finura justo en los hoyos en los que había más posibilidades de birdie: el aprochito en el 6, ese putt corto que falló en el 8, la salida en el 14 y, luego, ese wedge al bunker de tercer tiro…

El caso es que le sigue faltando algo, para la talla de jugador que todos sabemos que tiene. Sorprende hasta cierto punto que no encontrara ningún momento en la ronda decisiva de dar un golpe fuerte sobre la mesa, porque realmente nunca la dejó cerca, más allá del citado putt de birdie en un par 5 (hoyo 8). Estaba claro que haciendo muchos pares ibas a sacar ventaja sobre algunos jugadores, como así sucedió (Fowler, por ejemplo), pero tampoco puedes pensar que todos van a fallar en un campo que ya estaba jugándose mucho más complicado, es cierto, pero que todavía dejaba margen para resultados por debajo del par.

Me quedo, por otro lado, con el primer putt de Clark en el hoyo 18, el 72 del torneo. Creo que hizo parecer fácil algo que no lo era de ninguna manera, como era dejarse dado el par que le hacía falta para ganar, pateando desde más de quince metros, jugándote un Grande. Fue más vistosa su recuperación en el 17, es verdad, y también tuvo mucho mérito, aunque en ese punto tuvo la suerte de los campeones, porque su segundo disparo en el 17 fue malo y la bola podía haberse quedado mucho peor. Tengo que reconocer que yo a Clark no lo tenía calado. Pega muy fuerte con el driver y, según veo, tiene muchísimo control con ese palo de ese efecto de fade tan pronunciado, casi al modo Collin Montgomerie. Fue valiente, le echó huevos, como suele decirse. Y también se le ha visto muy seguro en los greenes.

Scheffler y Rahm, tal para cual. Es increíble cómo encuentran la manera de hacer resultado al final. Ya ves, parecía que a Jon no le salía nada durante toda la semana y al final se mete en el top ten. También me gustaría destacar la última ronda de David Puig. Es cosa seria, tiene mucho mérito, dice muchas cosas buenas de su juego y de él como competidor.

Por último, respecto al campo, señalar que ha ido de menos a más y que al final sí se parecía mucho más a lo que yo entiendo que debe ser un escenario de un US Open, aunque deja algunas dudas que ya he ido repasando a lo largo de las cuatro jornadas, que pueden ser más subjetivas o cuestión de gusto. Lo que no parece que tenga fácil solución es esa falta de ambiente, sobre todo en algunos hoyos, por el difícil o nulo acceso que tenían los aficionados. Que no, que no termino yo de verlo.