Creo que no voy a ser muy original si pido que este 2020 se escape rápido. Que se vaya por la puerta de atrás. Ha sido un año complicado. A título personal he tomado malas decisiones en cuanto a material que han lastrado mi juego y mis resultados. He realizado algunos cambios respecto a las varillas que no han sido los más adecuados. Eso sí, mi conclusión final es que ha sido un año bueno para tener un año malo.
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Es obvio que no he estado muy fino, pero tiene una explicación. Este año, con el tema del covid-19, ya sabéis que los torneos han estado muy reducidos de gente. Si antes en las semanas de competición teníamos a seis o siete profesionales de cada marca asistiendo a los jugadores, preguntando por el material, buscando soluciones a los diferentes problemas, en este 2020 durante la pandemia, apenas había uno y, claro, uno para atender a 40 jugadores no es lo mejor. No hay una relación fluida, no puedes hablar tanto con ellos, poner sobre la mesa lo que ocurre y, en cambio, vas tomando decisiones según tus sensaciones que piensas que son adecuadas, pero igual te equivocas. Eso es lo que me ha pasado.
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Sirva ese apunte desde el punto de vista técnico, aunque no ha sido lo único. Debo reconocer que también me ha faltado un poco de motivación. Ha sido un año raro, en el que parecía que nada contaba, con mucha incertidumbre, con torneos que iban apareciendo de la nada cuando ya no los esperabas, otros que te hacen mucha ilusión y que se cancelan… A nivel emocional ha sido difícil. Y ojo, que conste, no digo esto en contra del European Tour, para nada, al revés, creo que el Circuito ha hecho un gran trabajo sacando tantos torneos adelante. Ha sido más una cosa personal de cómo lo he enfocado yo. Apenas se podía planificar nada y ha sido muy extraño. Yo quería jugar bien y afrontaba cada torneo con muchas ganas, pero lo cierto es que no tenía muy claros los objetivos.
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En fin, toca hacer borrón y cuenta nueva. Os adelanto aquí que parto de cero en cuanto a material. He tenido una reunión larga y muy fructífera con los responsables de material de Callaway y hemos visto que me confundí con las varillas. Les he contado lo que sentía en el campo, mucha irregularidad e incertidumbre. Con los hierros cortos me encontraba a gusto, pero con los hierros largos, que es una parcela del juego en la que normalmente ando bien, estaba perdido. Pegaba algunos buenos y otros muy malos y no terminaba de saber por qué. Le das mil vueltas a la cabeza, que si eres tú, que si los palos, las varillas, la bola… Así es muy complicado jugar.
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Tras la larga conversación con ellos me han mandado dos juegos de palos, he empezado a practicar con ellos y desde el principio se ve otra cosa. Ahora todo cuadra. Puedo fallar golpes, obviamente. Seguiré fallando golpes, sólo faltaba. Pero al menos la bola sale más o menos siempre igual. El objetivo ahora es practicar muy duro en las próximas tres o cuatro semanas con este material y llegar preparado a Abu Dhabi. Lo tengo ya todo cerrado. No voy a hacer más cambios. Le voy a dar un tiempo a esto, a adaptarme a esos palos y los palos a mí y así vamos eliminando variables porque este año me he mareado más de la cuenta. Precisamente, al ser un año en el que parecía que nada contaba, me he metido más en la dinámica de probar muchas cosas distintas y ha sido un cóctel molotov. Se me ha ido de las manos.
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En cualquier caso, todo no es negativo en este 2020. Lo que ha pasado me ha servido para conocerme mejor, para aprender más cosas de mí mismo y, al menos, he terminado poniendo un poco de orden en todo. Encaro 2021 con mucha ilusión y los objetivos muy claros y definidos. Hay uno que no cambia y es ganar un torneo del European Tour. El otro, más a medio y largo plazo, es volver a la Final de Dubai y acabar la temporada entre los 30 mejores de la Race. De ese modo, me abriré la puerta a jugar el Open, el WGC México Championship o lo que toque… En definitiva, entrar de una vez por todas en las grandes ligas. Más a corto plazo, la idea es planificar mucho mejor el trabajo tanto en las semanas libres como en los torneos. Antes iba mucho más a mi libre albedrío. Si quería aprochar, aprochaba, si no me había sentido cómodo con los hierros largos, trabajaba los hierros largos… Y ahora el objetivo es hacer más o menos siempre lo mismo.
