En pleno John Deere Classic, donde lucha por terminar lo más cerca posible del top ten, el español Jon Rahm, mejor golfista amateur en Estados Unidos los dos últimos años y una de las irrupciones más brillantes en profesionales de los últimos tiempos concede una interesante entrevista a Diario de Sevilla donde repasa su trayectoria y mira con ambición al futuro.
Para empezar, reconoce que incluso para él mismo han sido sorprendentes sus primeros resultados en la élite, que le han permitido hacerse con la tarjeta del PGA para la próxima temporada: «Como lo vivo día a día no noto que va tan aprisa. Fue inesperado para muchos, incluso para mí, pero siempre me he creído capaz de estas cosas. Tengo suerte de sentir lo que está pasando, en vez de verlo pasar de largo».
Su ambición y su deseo de ganar majors y ser el mejor del mundo, además de por ser bilbaíno, viene de familia: «Puede que seamos gente con mucha confianza. Mi aita me enseñó a competir y a hacerlo para ganar. Siempre digo lo que pienso, lo que siento y lo que creo que soy capaz. Cuando dije mis objetivos veía claro que podía conseguir la tarjeta del PGA y quería ganar un torneo. Hubo gente que me llamó chulo. Quizás esté relacionado con ser de Bilbao, pero humilde soy porque me pongo retos que puedo conseguir. He estado a punto de ganar un par de veces. Puede que sea pronto, o no, pero cerca ya he estado».
Para convertirse en una de las mayores promesas del golf mundial, Jon se ha apoyado en Tim Mickelson, su entrenador, hermano de Phil Mickelson, a quien incluso ganó en sus años como estudiante: «Fue en mi segundo año universitario en su campo. Lo curioso es que apostamos 60 dólares y yo sólo tenía 40 en la cartera. Pensé que más me valía ganar porque si no iba a quedar fatal. Lo conseguí. Hasta el 16 iba yo arriba y en EEUU en los dos últimos hoyos se hace otra apuesta por la mitad de lo jugado. Phil hizo birdie al 17 y yo al 18. Menos mal que gané».
Aunque, su jugador favorito, lógicamente, no es otro que Seve Ballesteros: «Como español no cabe duda: Severiano Ballesteros. Gracias a él, que trajo la Ryder a España, juego al golf, porque mi padre empezó a practicarlo entonces y fue un efecto en cadena. Seve movía masas, invitaba a jugar al golf, lo querían y es algo que pretendo imitar. Ese tipo de poderío y que quieran jugar al golf. A ver qué se puede hacer».
Para Rahm es todo un honor que le comparen con Seve o con Sergio García, el mejor jugador español de los últimos años: «Es un halago y un honor que me comparen con Seve, que a mi edad ya había ganado un Open Británico. También es un orgullo lo de Sergio, uno de los mejores del mundo. Me motiva para seguir trabajando».
Para terminar, el vizcaíno reconoce que aunque «el drive y el putt» son sus puntos fuertes, con lo que más ha fallado en su carrera es con «los hierros». Hace referencia a otro de los grandes del golf nacional, Chema Olazábal, con quien le «es complicado» estar en contacto: «Es una pasada hablar con él, si fuera posible me gustaría tener más contacto». Y sueña con jugar la Ryder Cup de 2018: «Quiero competir en Europa. Es pronto para saber mi calendario en 2017, pero claro que intentaré estar en la Ryder de 2018 en Francia».