Ya tienen tarea para esta agradable jornada dominical preprimaveral. Escriban cien veces en la pizarra: «jamás dejaré de creer en David Puig«. Sí, el golfista de La Garriga lo ha vuelto a hacer. Otra jornada descomunal de golf. Otra remontada superlativa. 60 golpes. Diez bajo par. Una actuación memorable que lo dejó a las puertas de la victoria en el International Series de Macao. Sólo la resistencia marmórea de John Catlin evitó su triunfo y un desempate esquivo lo relegó a la segunda plaza.
Puig partió este domingo desde la octava posición del torneo a cinco golpes de Catlin. Tenía opciones, por supuesto, pero eran remotas. Necesitaba una gran vuelta y una buena dosis de ayuda de los golfistas que estaban por delante. Pues bien, Catlin no ha colocaborado en nada (65 golpes) y, aún así, David ha estado a un tris de llevarse el triunfo.
Era la última ronda de competición del español después de siete semanas consecutivas a pico y pala. Lo dio todo. Se dejó hasta el último gramo de su ser en dar la campanada. Arrancó con dos birdies en los tres primeros hoyos, marcando el terreno, mandando un primer mensaje de que el sorpasso era posible. Eso sí, aún quedaba una pila de birdies por hacer para tener opciones. Un bogey en el 5 no supuso ningún freno. No para él. Nada ni nadie le iba a quitar la ilusión. Hizo dos birdies más en el 6 y 9 y preparó el terreno para unos segundos nueve hoyos de antología.
Ahí se desató. Parcial de siete bajo par. Cinco birdies y un eagle. Seis menos en los últimos siete hoyos. Qué capacidad para creer. Qué capacidad para restar golpes al campo. Catlin caminaba ufano por Macao a su paso por el hoyo 10. Ya había alcanzado el resultado de -23, seis de ventaja sobre Puig en ese momento, y pensaba que el torneo era suyo y que apenas restaba un agradable paseo militar hasta recibir los honores de campeón. ¡Ja!
Puig había puesto en marcha la cosechadora. Sus birdies iban cayendo y la soga se le iba apretando a Catlin. Bueno, a Catlin y a todos los que aspiraban a ganar el torneo, que no eran pocos, ni mancos: Patrick Reed, Lucas Herbert, Jason Kokrak o Carlos Ortiz, por ejemplo. Ninguno fue capaz de resistir el ataque de Puig. Sólo Catlin y sufrió lo indecible.
En los siete últimos hoyos del Macao Golf & Country Club hay tres pares 5 y un par 4 corto razonablemente asequibles, sobre todo en las condiciones que se han vivido esta semana, greenes receptivos, posibilidad de colocar bola, poco viento… Pero claro, cuando se te viene un tsunami encima ya no salen los birdies con tanta facilidad. Catlin se atrancó. Y sufrió. Vaya si sufrió. De pronto, un triple ganador del European Tour (Valderrama entre ellos), con once victorias totales en su palmarés, se vio con el agua al cuello.
Con el -23 colocado en la casa club por un excepcional Puig, Catlin salvó un gran par en el hoyo 17, metiendo un putt de unos tres metros y medio. Tenía por delante el hoyo 18, par 5, y estaba empatado con David, que lo veía relajado y sonriente por televisión acompañado por su caddie y Carlos Pigem. El estadounidense tenía que hacer approach y putt desde unos doce metros para sacar el birdie y ganar el torneo. Pero ahí le tembló el pulso. Su approach fue discreto. Se dejó un putt de dos metros y lo falló. Desempate. A jugar de nuevo el hoyo 18.
Puig y Catlin pegaron dos muy buenas salidas. A calle. El español más largo. Los dos tenían opciones de tirar de dos a green. Problemas para ambos con el segundo golpe. Catlin, con madera, se va largo a la derecha, al rough, a la zona de público, con la bandera corta de la derecha. Mal sitio y mal ángulo. Pero tiene mucha suerte. La bola corre por el camino y acaba detrás de la grada. Le permiten aliviarse por delante en la zona de dropaje. La noche y el día. Puig, con hierro, se marcha al búnker de la izquierda. No se le queda perfecta en la arena, un poco en bajada, pero su ángulo es mejor, tiene green para trabajar.
La sacada de Puig sale algo suelta, pero va directa a la bandera, toca en el mástil y se queda dada para birdie. Qué cerca del eagle. David se llevaba la mano a la boca con asombro y reía. Aquí se compensó un poco la suerte. Presión para Catlin. El approach del estadounidense no fue malo, pero se dejó un compromiso de birdie de casi dos metros, parecido al putt que tuvo para para ganar en el 18. Esta vez si lo metió y hubo que jugar otro hoyo de desempate.
En el segundo hoyo, firmaron la misma salida del primero, pero Catlin estuvo más certero con el segundo golpe. Puig se dejó un putt de eagle coast to coast de unos 20 metros, quizá más, y el americano la puso en el rough de la derecha, bien colocada, a unos ocho metros de la bandera. David se dejó un putt de birdie similar al de Catlin en el primer hoyo de desempate y su rival la dejó dada. Papeles cambiados. Pero esta vez, Puig lo falló. Primer tripateo de la semana. El más inoportuno. Una pena. Ahí acabó la excelente batalla del español. Victoria de Catlin ante un David que lo llevó al límite.
Por otro lado, Sergio García (-14) terminó con otra muy buena vuelta de 65 golpes y ha finalizado en el puesto 21º, mientras que Carlos Pigem (-8) hizo 69 golpes y finalizó en el puesto 55º.