David Puig (-6) ha salido este sábado dispuesto a soltar uno de sus zarpazos en la tercera jornada del International Series de Omán. Sabía que necesitaba una vuelta baja para meterse en el grupo de arriba y se puso manos a la obra.
Sus primeros nueve hoyos en el Al Mouj Golf Club, un bello recorrido tipo links, fueron de libro. Un drivazo tras otro y una oportunidad de birdie tras otra. Le quitó las pegatinas al hoyo 1 para restar el primer golpe, pero el putt no se unió a la fiesta. Se quedó frío y contuvo el ataque que Puig tenía diseñado en su cabeza. Esta vez, una de las mejores armas del joven golfista de La Garriga, no acompañó.
Tanto es así que David tuvo que recurrir a otros procedimientos para seguir acercándose a la cabeza. En el hoyo 7, par 5, consiguió el eagle embocando desde fuera. Sí, el putt no estaba caliente, pero su parcial ya era de tres bajo par. Ya empezaba a aparecer por el retrovisor.
El otro momento clave fue en el hoyo 14, un par 4 corto. Si se pega un buen drive se puede dejar muy cerca de green. En ese momento, Puig estaba cuatro bajo par en el día, después de firmar un bogey en el 9 y dos birdies en el 11 y 12, en éste último pateando para eagle. Al español se le escapó el drive por la derecha, mal sitio. La bola no se veía, estuvieron buscándola y no apareció en los tres minutos estipulados. Vuelta al tee… Unos segundos más tarde, sus padres, que han viajado a Omán para verlo, encontraron la bola. Ya no se podía hacer nada. Cayó el triple bogey. Cuestión de unos segundos. Mala suerte. Aunque la bola no estaba bien colocada, lógicamente, el 4 ó el 5 eran muy factibles.
Aún así, Puig se rehizo, salvó un buen par en el hoyo 15 y remató la ronda con un grandísimo birdie en el 18, un par 4 peliagudo que hoy tenía la bandera bien escondida y pegada al agua de la derecha. Vuelta de 70 golpes que sabe a poco, pero que vuelve a poner de manifiesto que, más allá del accidente del 14, el juego de Puig está muy bien engrasado.
Si aplicamos el cuento de la lechera al torneo de Puig, sin ánimo de hacer sangre, resulta que si convertimos los triples bogeys de ayer y hoy en simples bogeys, ahora mismo estaría en -10, a dos golpes del liderato, metido de lleno en la pelea por el triunfo. No se trata de hacer sangre, sino más bien al contrario, de destacar lo bien que está jugando David para incluso tener una opción de victoria remota el domingo con dos triples bogeys a su espalda.
Obviamente, la victoria está muy complicada, aunque el golfista catalán no tira la toalla, ni mucho menos. Sabe que guarda una vuelta muy baja en su bolsa y no descarta que salga mañana. Está a seis golpes del liderato que comparten Louis Oosthuizen (-12) y Carlos Ortiz (-12), y a cinco del tailandés Prom Meesawat, autor de la vuelta más baja del día (65 golpes), el filipino Justin Quiban, el amateur chino Sampson Zheng, el estadounidense Peter Uihlein y el australiano Travis Smyth.
Sea como fuere, y mucho más allá de la victoria, hay en juego un buen botín de puntos de ranking mundial acabando lo más arriba posible.
Quien ha estado también muy lastrado por el putter en esta tercera ronda ha sido Carlos Pigem (-1), el otro español que pasó el corte y que ha firmado una tarjeta de 74 golpes con 32 putts. Su inicio de ronda ha sido espectacular, con un parcial de tres menos en siete hoyos, pero a partir de ahí, con eagle incluido en el 7, no ha podido rematar ninguno de los greenes restantes con un solo putt. Ocupa el puesto 51º.