Inicio Grandes Circuitos Challenge Tour Cuando todo puede resumirse en una risa y un bunker…

Cuando todo puede resumirse en una risa y un bunker…

Compartir

Borja Virto patea para birdie en el hoyo 18. Ha pegado un buen tiro desde la calle a una bandera con mucha retranca, a la derecha, asomada prácticamente al mar. Hay que tenerlos muy bien puestos para tirar al trapo. Se deja un putt de unos ocho metros. Una cosa seria. Los greenes le han vuelto a dar la espalda hoy, pero el navarro no es de los que se da por vencido con facilidad. Lo tira perfecto, apuntando al corazón del mar Arábigo, pero con la fuerza exacta. Justo en la última vuelta, un pelo, ese maldito pelo omaní, desvía su bola y la saca del hoyo. Virto no da crédito y Ross McGowan, un veterano curtido en mil batallas esboza una sonrisa…

El inglés las ha visto de todos los colores y se pone en la piel del jugador español. Es mejor afrontarlo con una sonrisa. Ha sido la historia del día. «No sé ni cuántos bordes he tocado en toda la ronda. Ha sido increíble», señalaba Borja con cierto punto de desesperación tras firmar la tarjeta. McGowan consiguió lo que se proponía. Arrancó una sonrisa al español en el 18. «Te los has dejado todos para mañana», le dijo el británico. No hay mejor manera de hacer borrón y cuenta nueva. Virto hizo 71 golpes de nuevo y marcha con dos bajo par. El navarro de Gorráiz está convencido de que puede hacer pocas.

Nacho Elvira ha firmado una vuelta de 69 golpes, una menos que el miércoles y con la sensación más que clara de que aún se puede quitar golpes en las dos rondas que restan. Si la risa de McGowan resumía el torneo de Virto, el de Elvira se podría reducir a un bunker. Exactamente, al bunker de green del hoyo 10. Es la historia de su semana. Fallaba la calle y terminaba en la trampa de arena, con la bola muy mal colocada. Pese a las dificultades, el cántabro conseguía conectar un golpe soberbio. Estuvo a punto de llevarla a green, pero se acabó metiendo en el búnker de la izquierda… O eso creía él. O eso creyeron todos. La realidad es que no estaba en la arena, sino que se había quedado en las espesísimas barbas que protegen las entradas de los bunkers. Buscaron y buscaron, pero la pelota no apareció. Estaba allí, pero fue imposible encontrarla. Se tuvo que volver al bunker de calle, dropar, con el riesgo de que la bola se quedara clavada (por suerte no sucedió) y pegó desde ahí su cuarto golpe. Impresionante. La llevó a green y metió el putt para bogey. Un bogey de película.

Las barbas del bunker del 10 definen bien lo que le ha pasado a Elvira los dos primeros días. Ha jugado muy bien, pegando golpes de mucha categoría, pero cuando ha necesitado un guiño de la suerte, se ha mostrado más esquiva que favorable. Todo puede cambiar en los 36 hoyos que restan. Esa es la idea.

Calor asfixiante hoy en Omán. La brisa se ha detenido y la sensación térmica se ha disparado por encima de los 40 grados. Mucha agua, toallas frías y todo tipo de trucos para combatir el calor del desierto. Elvira confesaba que ha llegado a beber más de cinco litros de agua durante la ronda (una botella de medio litro cada dos hoyos)… «Y habré sudado dos más fijo». Para rematar la jornada, el jugador afincado en Madrid ha tenido que pasar el control antidoping. Ha tardado una hora. Lo lógico con estas condiciones meteorológicas. Si ya lo has eliminado todo, ya sólo queda tirar de paciencia.

– El drama que está viviendo el sudafricano Haydn Porteous alcanzó su máxima expresión en la parte final de su segunda vuelta. Ocupa el puesto decimotercero y anda con el agua al cuello, ya que está muy abajo en la clasificación y hay varios jugadores que pueden pasarlo: Joachim B Hansen, 17º en el ranking y líder del torneo; Daniel Im, 14º en ranking y quinto en el torneo, Jeff Winther, 18º en el ranking y quinto en el torneo y John Hahn, 15º en el ranking y 17º en el torneo, aunque éste a su vez también se puede ver superado. Como decimos, la situación de Porteous es muy delicado y todos esos nervios han aflorado en los hoyos 15 y 16. Ha encadenado un doble bogey y un quíntuple bogey y ha quedado relegado a la última posición, lejísimos del objetivo. La maldita presión y sus consecuencias.