Los jugadores del Challenge Tour han recibido estos días una noticia importante e impactante respecto a su calendario de torneos para la próxima temporada. La idea del circuito es jugar hasta nueve semanas en Sudáfrica, una cifra jamás alcanzada anteriormente. De hecho, si la estructura es similar a 2021, nueve torneos supondría exactamente un tercio del calendario, algo que obviamente tendría una incidencia muy relevante en los rankings.
La noticia ha sido adelantada a los jugadores, aunque aún quedan por definirse algunos detalles. Todavía no se sabe si se harán tres giras de tres semanas, dos de cinco y cuatro torneos o una gira total de nueve semanas consecutivas en suelo sudafricano, lo que supondría estar allí prácticamente dos meses. Estos apuntes se conocerán cuando se publique oficialmente el calendario de la próxima temporada, algo que todavía no ha sucedido.
Como decimos, esta decisión va a tener un impacto decisivo en el propio Challenge Tour, ya que se convertirá en una gigantesca puerta de entrada de jugadores sudafricanos al Circuito Europeo. Ya se sabe que en Sudáfrica lo más habitual es que gane un local. Este año sin ir más lejos se han disputado allí tres torneos y los tres han sido ganados por sudafricanos. Obviamente, va a suponer un trasvase de jugadores y, del mismo modo, pondrá un poco más difícil las cosas a los europeos. La semana pasada ya tuvimos a cinco sudafricanos en la final, aunque sólo uno pilló la tarjeta. No descarten que el número aumente en 2022.
No obstante, el plan del European Tour con este movimiento estratégico va mucho más allá. Esta noticia bomba está íntimamente relacionada con la batalla geopolítica que se está librando en el golf mundial entre el PGA Tour y European Tour, aliados, y el Asian Tour tras la entrada de los petrodólares de Golf Saudi. El golf sudafricano es uno los más potentes del mundo junto al australiano y sólo por detrás del estadounidense y el británico. Es uno de los grandes viveros y el European Tour no quiere que se vayan al calor del dinero a Asia. Para los sudafricanos es prácticamente lo mismo jugar en Asia o en Europa en cuanto a desplazamiento, por lo que la cuestión económica será importante y, en caso contrario, las opciones de promoción.
El Challenge Tour no puede competir económicamente con el Asian Tour, pero si en cuanto a posible promoción para llegar primero al European Tour y después al PGA Tour. El caso más reciente ha sido el de Garrick Higgo. El año pasado estaba jugando el Challenge Tour y ahora ya es ganador del PGA Tour. Eso es lo que quiere ofrecer Europa para competir con el Asian Tour y por eso, entre otras cosas, se firma esta entente con el Sunshine Tour (circuito sudafricano). Un interesante movimiento que veremos las consecuencias que tienes.
