Una semana antes de que Brooks Koepka ganara el primer torneo profesional de su carrera, aquel Challenge de Catalunya en La Graiera que hizo despertar a la bestia, el francés Julien Brun se imponía en el ALLIANZ Golf Open Toulouse Metropole. Era septiembre de 2012 y las expectativas con este joven golfista se disparaban. Apenas tenía 20 años y no era más que un amateur que estudiaba en la Texas Christian University. Bueno, en realidad Brun no era uno más, era de los buenos, ganaba en Estados Unidos, peleaba cada semana, por ejemplo, con Jon Rahm y aquel triunfo en el Challenge, en el segundo torneo profesional de su carrera, lo convirtió de golpe y porrazo en uno de los grandes proyectos del golf francés. Nueve años después ha ganado su segundo torneo del Challenge Tour sin tener siquiera los derechos completos de este circuito…
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¿Qué ha pasado en este tiempo con uno de los golfistas más prometedores del país vecino? Pues nada tan anormal o extraño que no haya ocurrido antes más de una y dos veces, aunque desde luego tiene su aquel e invita a la reflexión. Después de ganar aquel Challenge en 2012, Brun decidió continuar con sus estudios y no se pasó a profesional hasta 2015. El cambio no le sentó nada bien, se le atragantó, aunque no hay que ponerle un pero a su tenacidad. Primero lo intentó por la vía de Estados Unidos y llegó a sacarse la tarjeta del PGA Tour Canadá. Lo jugó dos años pero no logró el ascenso al Korn Ferry Tour. En Europa tampoco le iban bien las cosas. Disfrutaba de algunas invitaciones, pero no terminaba de cuajar el gran jugador que se suponía que era.
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En 2017 jugó hasta ocho torneos del Challenge Tour y demostró su calidad en el Andalucía Costa del Sol Match Play, donde acabó segundo por detrás de Aaron Rai tras perder la final en La Cala. Aquella gran semana fue suficiente para lograr los derechos de juego al año siguiente. Sin embargo, 2018 fue nefasto. Crisis de confianza. Jugó 17 torneos y su mejor puesto y único top ten fue séptimo en el Challenge de España. Llegó a la final de la Escuela, pero no logró la tarjeta. En 2019, más de lo mismo, temporada completa en el Challenge Tour y ningún resultado decente. Su mejor clasificación y único top 25 fue 17º en el Turkish Airlines. El jugador que venía como una de las grandes promesas del golf francés se estaba diluyendo en una absoluta crisis de confianza. Perdió la tarjeta del Challenge y tuvo que empezar de nuevo desde cero.
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No le importó, cerró filas y jamás dejó de creer en sí mismo. Se fue a jugar al Pro Golf Tour, circuito satélite del Challenge que se disputa principalmente en Alemania. La tercera división. Dio dos pasos hacia atrás para volver a ir hacia adelante. Éxito total. En 2020 ganó dos torneos de ese circuito y quedó otras dos veces segundo. Salió disparado de la pandemia. Con eso consiguió categoría para el Challenge, no la mejor, pero sí suficiente para buscarse la vida, aunque lo más importante fue demostrarse que aquel gran proyecto de jugador seguía allí, vivo y coleando. Este año ha quedado segundo en Chequia, undécimo en el primer torneo en Sancti Petri y ahora ha ganado el Open de Bretagne con dos golpes de ventaja sobre Jerome Lando Casanova y Chase Hanna. Tiene ya media tarjeta del European Tour en el bolsillo. Premio a la insistencia, la paciencia y la humildad. Supo encontrar su sitio para recuperar la confianza y volver con más fuerza. No es un jugador cualquiera, el talento lo traía de serie y se ve que mentalmente no es precisamente un jugador débil, por lo que cuidado con Brun en los próximos meses. Por lo pronto, se ha colocado segundo en la Road to Mallorca por detrás de Santi Tarrío.
También hay que quitarse el sombrero con Santi Tarrío. El golfista gallego ha vuelto a cuajar un grandísimo domingo, ha entregado una tarjeta de 66 golpes, la segunda mejor del día, y ha terminado en la cuarta posición, por lo que refuerza su liderato en la Road to Mallorca. Tiene más de 30.000 puntos de ventaja sobre Brun, es decir, tiene a su perseguidor a más de una victoria de distancia. Se dice pronto. Y aún quedan 16 torneos por delante.
Gran actuación también de Alex del Rey. El madrileño ha finalizado sexto y se mete entre los 50 primeros de la Road to Mallorca. Hoy ha firmado 66 golpes, mismo resultado que Tarrío, con nada menos que ocho birdies. Es su mejor clasificación en el Challenge. Como diría Luis Enrique, de alguna manera, ha descorchado el cava. También acabaron entre los 25 primeros Emilio Cuartero y Jordi García del Moral.
