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Ras de hierba de la segunda jornada del BMW PGA Championship

¿A qué se deben esas vueltas de cinco horas y media en Wentworth?

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Imagen de ayer: tapón de jugadores en la salida del hoyo 17 durante la segunda jornada del BMW PGA Championship 2023. © Golffile | Fran Caffrey
Imagen de ayer: tapón de jugadores en la salida del hoyo 17 durante la segunda jornada del BMW PGA Championship 2023. © Golffile | Fran Caffrey

Si hay una cuestión del golf profesional de alto nivel en la que estamos todos de acuerdo es que en el circuito europeo, en el DP World Tour, se combate con mayor determinación y eficiencia el juego lento que en el PGA Tour. Sin embargo, esta semana en el BMW PGA Championship, precisamente el torneo más importante del calendario regular del circuito europeo, estamos asistiendo a vueltas que, incluso, se van más allá de las cinco horas y media. ¿Se han relajado las medidas? ¿Tanto se nota la presencia de hasta veinte profesionales que habitualmente juegan en el PGA Tour?

Lo primero que hay que reseñar es que en Wentworth, cada año, siempre se juega más lento de lo que es habitual en el circuito europeo. La memoria es muy corta y tendemos a escandalizarnos con demasiada facilidad…

¿Por qué suele jugarse más lento allí? Para empezar, por esos cuatro pares 5 en los que es posible llegar de dos a green y cada año son más jugadores los que pueden realmente hacerlo. Además, hay que pensar que en Wentworth se dan muchos más incidentes con el público, sencillamente porque es muy numeroso (unos 120.000 espectadores a lo largo de toda la semana), a la altura (y por encima) de cualquier Grande. Y cuando hablamos de incidentes nos referimos a los embotellamientos que se dan en un campo que no es precisamente abierto y llano, sino más bien lo contrario, aglomeraciones que al final también afectan al desarrollo del juego, aunque se den al otro lado de las cuerdas. Y también nos referimos a los bolazos… Esta misma semana, sin ir más lejos, el complicado acceso de una ambulancia en el hoyo 4 para atender a un espectador que había recibido un bolazo produjo un severo retraso en el juego. Es más habitual de lo que parece.

Hemos consultado con varios jugadores y caddies que están allí esta semana y esto es lo primero que te dice la mayoría: “ojo, porque en Wentworth siempre se va lento”. Pero también reconocen que este año el asunto ha ido a mayores, y eso que hasta el momento se ha jugado sin viento, circunstancia que siempre ralentiza el juego. Al final, la razón o la conclusión a la que llegan es más simple de lo que parece: el rough. Está más alto y denso que nunca, lo que al final afecta directamente al tiempo de juego en un campo donde coger calle es fundamental y no precisamente sencillo. De hecho, son muchas las voces que hablan de un Wentworth más complicado que nunca, también a causa de unos greenes que están más firmes de lo que es habitual en las dos primeras rondas (más firmes y más nobles a la hora de patear, también habría que añadir).

El caso es que este sábado, por culpa de los retrasos que han obligado a terminar hoy la segunda ronda, se sale a jugar por dos tees (1 y 9, no 1 y 10 como suele ser habitual) y en partidos de tres. En este sentido hay que apuntar que Jon Rahm sale a jugar por el tee del 1 a partir de las 13 horas (horario peninsular español) junto a Matt Fitzpatrick y… Min Woo Lee. El australiano, a priori, se nos aparece como un excelente compañero del de Barrika, que el año pasado firmaba precisamente un 62 en la última ronda junto a él. Poco después, en el Open de España, Rahm y Lee jugaban juntos las cuatro rondas, con tarjetas de 64, 68, 65 y 62 para el español, que ganaría el torneo con seis golpes de diferencia… Por desgracia, estos datos son sólo anecdóticos, pero que nadie nos quite las buenas vibraciones.

El último español en salir a jugar es Jorge Campillo, también por el tee del 1 y junto a Tyrrell Hatton y Ryan Fox. Un señor partido (a partir de las 13,20, horario peninsular español).

Quedan 36 hoyos y hay demasiada tela que cortar todavía en tierras inglesas, pero es casi imposible no ponerse ya a echar cuentas con Ludvig Aberg. Sale hoy en el partido estelar como colíder y, si gana, el joven sueco se metería en el top 50 mundial cuando apenas lleva tres meses largos como profesional. De meterse en un club tan exclusivo esta semana lo haría en menos tiempo que el mismísimo Tiger Woods desde su paso a pro.

Después de cerrar un parcial de ocho menos en los últimos quince hoyos de ayer, Jon Rahm señalaba que ninguno de los swings que realizó en los hoyos 1 y 3, donde firmaba doble bogey y bogey, sintió que fueran especialmente malos… Después de tan accidentado arranque, Jon le dijo a Adam, su caddie, que si podía ponerse al par en el día a la altura del hoyo 9 todavía tendrían una buena opción por los segundos nueve de meterse en el torneo. Y eso es exactamente lo que hizo. Confesaba Rahm que precisamente el putt de birdie del 9, un prodigio de toque y temple, le dio mucha confianza.

Resultados en directo del BMW PGA Championship