Inicio Grandes Circuitos DP World Tour A Quirós le da miedo sentirse satisfecho y feliz…
RESUELVE LA SEGUNDA JORNADA CON UN BUEN 69 Y SE MANTIENE ARRIBA EN DUBAI, CERCA DEL LIDERATO

A Quirós le da miedo sentirse satisfecho y feliz…

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Álvaro Quirós (-7) casi cuenta con los dedos de una mano las semanas de torneo que comenzó con dos vueltas por debajo de setenta golpes en los últimos cuatro años, que se dice pronto. En efecto, desde 2012, incluido, hasta hoy, antes de llegar esta semana a Dubai, tan solo en seis torneos lo había conseguido…

El Emirates Golf Club ha vuelto a ser talismán, al menos por el momento y con 36 hoyos jugados, pues el de Guadiaro encadena tarjetas de 68 y 69 golpes que lo mantienen ahí arriba, a sólo dos golpes de los líderes provisionales (Ernie Els y Danny Willett, ambos con un acumulado de nueve menos). Y no es que el andaluz ande triste y desconsolado, pero le cuesta un mundo sentirse satisfecho, feliz. El jueves sintió que él llevaba la vuelta bajo control; este viernes no ha sido así, aunque sus sensaciones no terminan de cuadrar a veces con los resultados, ya que era capaz de darle la vuelta al asunto cuando aquello comenzaba a torcerse: bogeys a los hoyos 4 y 6 (había comenzado por el 10), inmediatamente neutralizados con birdies en el 7 y el 8.

Quirós ha pateado hoy como hace mucho tiempo que no lo hacía en competición. Embocando mucho y cuando más falta hacía. También valoraba su buena actitud en el campo y la capacidad, una vez más mostrada, igual que el jueves, de ir golpe a golpe. Sin embargo, tampoco dejaba de torcer el gesto al acabar la vuelta. «He pegado unos cuantos golpes muy malos y el putt me ha ayudado a salvar las situaciones. No puede haber queja porque he pasado el corte, pero sin jugar bien», analizaba al acabar la vuelta.

En este punto, habría que abrir el eterno debate: ¿qué es jugar bien al golf? ¿Pegarla como los ángeles y firmar un 75 ó moverse ágil por el alambre y entregar un 69? En fin, ustedes mismos…

No es nada nuevo. Álvaro Quirós en realidad siempre ha sido así. También en su mejor etapa como profesional, cuando los triunfos iban cayendo por castigo año tras año. De hecho, a veces da la sensación de que semejante actitud es algo así como una superstición. O una manera de estar en el mundo. Suele decirse que los más grandes, en todos los órdenes de la vida, nunca se relajan del todo ni dan nada por bueno al ciento por ciento. La salsa, siempre picante, y las golosinas, para los niños. De acuerdo. Pero a veces resulta tan insatisfactorio y frustrante…