Como un Open Championship seco. Amarillo. Caluroso. Y ventoso. Así se presenta el Australian PGA Championship que se disputa desde este miércoles por la noche en el recorrido RACV Royal Pines Resort de Queensland. El último torneo del año del European Tour, tercero de la temporada, será un auténtico desafío.
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El viento será el gran protagonista. Se espera a diario en el recorrido de la Gold Coast australiana. No hay previsto ningún vendaval, pero sí unas rachas sólidas y constantes por encima de los 20 kilómetros por hora y llegando casi a los 30 el fin de semana. Una asunto serio, especialmente, porque se combina con un terreno muy duro y seco.
En los últimos tres meses ha llovido en la zona apenas un diez por ciento de la media habitual. Esto se traduce en greenes duros, firmes y rápidos y en calles como rocas. No será sencillo mantener la bola en el ‘fairway’, aunque al menos queda el consuelo de que las calles diseñadas por Graham Marsh son bastante anchas.
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Así las cosas, no es que se vaya a ganar con un resultado de par, como ocurrió hace cuatro años con Nathan Holman, pero tampoco se alcanzará alegremente el veinte bajo par. En cualquier caso, la clave será patear bien en unos greenes muy grandes y movidos.
Con estas condiciones tendrán que lidiar Alejandro Cañizares y Sebastián García Rodríguez, los dos únicos españoles presentes en esta cita que les obligará a comerse el pavo de Nochebuena prácticamente bajando de las escalerillas del avión. No hay mejor mandera de celebrar la Navidad que un buen resultado que encarrile la temporada de ambos, especialmente en el caso de Cañi, ya que viniendo de la Escuela tendrá menos opciones de jugar que Sebastián desde el Challenge.
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Cañizares sale a jugar el miércoles a partir de las diez de la noche, mientras que Sebastián lo hará desde las 02.20 de la madrugada. Los favoritos al triunfo son Adam Scott y Cameron Smith, los dos líderes de la Armada australiana. Ambos han demostrado en la Presidents estar en buena forma.
