A río revuelto, ganancia de pescadores. Y ahí están, Santi Tarrío (-6), que de ese tema es hándicap plus, Jorge Campillo (-6), que anda más pez en el asunto, Alejandro Del Rey (-5) y Ángel Hidalgo (-5), que jugó por la mañana, con la caña tirada en Praga intentando aprovechar que todos los ojos están puestos en la fabulosa batalla por la Ryder Cup para llevarse la gran captura.
Porque es así, el D+D Real Czech Masters no está decepcionando a Luke Donald. Ni siquiera por haber fallado el corte. Era lo de menos esta semana. Los chicos de Luke, ese puñado de jugadores que se están pegando por entrar en la lista final de Roma, lo están en bordando. En líneas generales, claro, que después siempre hay excepciones, como la más sonada de Shane Lowry (-2), fuera del corte.
La clasificación no engaña. De los 13 jugadores que aún tienen opciones de clasificarse de manera automática para la Ryder Cup, han pasado el corte diez. Uno es líder, Alexander Björk (-13), que curiosamente el que jugaba con Donald, segundo es Nicolai Hojgaard (-12), que no se puede clasificar de manera directa pero que nadie duda que es uno de los favoritos para ser elegido, otros tres están en el top 15: Victor Perez (-8), Adrian Meronk (-8) y Yannik Paul (-8) y dos más están metidos en el top 25, Antoine Rozner (-7) y Jorge Campillo (-6). Quién dijo miedo, quién dijo presión. Espectacular. «Estoy muy contento de ver lo que están haciendo todos los que tienen opciones», aseguraba Luke Donald hoy en mitad de su vuelta. Como para no.
Porque además, por ahí también se han metido algunos invitados sorpresa que están dispuestos a dar la lata al capitán, caso de Matt Wallace (-11) o Ludvig Aberg (-10). Tipos en el papel de ya sé que no contabas conmigo inicialmente, pero y si al final…
El torneo, en ese sentido, está precioso. Porque los que están algo más retrasados, pero han pasado el corte, también tienen la oportunidad aún de quitarle el protagonismo a los otros con un gran fin de semana. En ese caso están Robert MacIntyre (-5), Thorbjorn Olesen (-5), Pablo Larrazábal (-4), Rasmus Hojgaard (-4) o el propio Adrián Otaegui (-4). Todos ellos tienen aún margen. Quienes han quedado ya sentenciados son Siem y Whitnell tras fallar el corte. A Lowry aún le dejamos el asterisco porque es otro nivel de elección. Todavía puede entrar.
El torneo es un río revuelto con la Ryder de por medio. Realmente, entre el liderato y los otros 68 jugadores que han pasado el corte hay sólo nueve golpes de diferencia, una distancia que se puede recortar con un gran fin de semana. Hay mucha tela que cortar y Campillo, Tarrío y Del Rey, que jugaban hoy por la tarde, con unas condiciones difíciles, con un viento muy molesto, aún tienen mucho que decir. Por cierto, el caddie de Santi es Diego Suazo.
Hablando de Ryder, el que se ha dado hoy un buen susto ha sido MacIntyre. Ha pasado de pelear por el triunfo a meterse en un lío y sufrir por pasar el corte en un solo hoyo, en el 16, par 3. Se ha ido dos veces al agua y ha terminado firmando un cuádruple bogey. Ha bajado del tirón de -9 a -5 y le ha tocado sufrir, y todo eso delante de Luke Donald. Eso sí, el escocés siempre podrá argumentar que en formato match play, ni tan mal: un bogey, un cuádruple bogey y cuatro birdies. Así se pueden ganar partidos en la Ryder.
