Una señora jornada de golf en un señor campo. Ay, si no fuera por aquella remodelación exagerada, casi histriónica, de los greenes. El viento ha pegado, sobre todo en el turno de tarde, hasta el punto que algunos partidos han estado más de cinco horas y media en el campo. Una barbaridad. Sólo ocho jugadores le ganaban la partida al recorrido Rojo del Royal Golf Dar Es Salam en el turno vespertino. Una señora escabechina que llevaba el corte hasta +4. Cosa seria y abundancia de caritas descuadernadas.
Campillo se marchaba frotándose las manos…
Por eso, no puede hacerse sangre del 76 de Alejandro Cañizares (-3), que al fin y al cabo ha capeado con oficio el temporal y se ha quedado bien metido en la pomada, a sólo dos golpes de los líderes, los estadounidenses David Lipsky y Sean Crocker, ambos con -5. Vaya, vaya, con el dominio y la presencia de la pequeña pero aguerrida navy norteamericana este año en el circuito europeo. Porque Julian Suri (-4) tampoco anda lejos y Kitayama (+1) aún está dentro de un margen razonable para regresar a lo más alto.
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Estábamos con Cañi. Hoy se ha sentido más incómodo, pero sin saber tampoco responder a la pregunta del millón: ¿no sería que la jornada, tan ventosa y en un campo tan exigente, llevaba más apretado a todo el mundo? Por si acaso, se marchaba corriendo después de firmar la tarjeta a aprovechar la última hora de luz para dar unas bolas en la cancha de prácticas. Y, todo sea dicho, le ha costado apenas un minuto darse cuenta de que lo importante, lo mollar del asunto, es que sigue bien metido en la pelea.
El caso es que Cañi se puso ahí, como si tal cosa, a verlas venir…
Experiencia no le falta y bien sabía él que el día iba a llevar de culo a la mayoría, dicho mal y pronto, por lo que había que ir salvando situaciones, pasando hoyos, tirando de oficio y de finura alrededor de green, para mantenerse dentro de la lucha.
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El torneo está que arde. Tan apasionante como incierto. A falta de 36 hoyos tenemos, por ejemplo, a 41 jugadores en un margen de seis golpes en la parte alta de la clasificación. Cualquiera de ellos puede llevarse el torneo perfectamente. Y en ese tramo de la tabla encontramos a dos españoles, Cañi y Campillo. Los otros tres que han pasado el corte, Larrazábal (+3), Quirós (+4) y Otaegui (+4), necesitan algo más que una machada, pero habrá que ver si saliendo en las primeras horas de juego alguno de ellos es capaz de asomar las orejas.
