Rafa Cabrera Bello finalizaba ayer en el puesto 34º del Estrella Damm Andalucía Masters con un acumulado de -6. Nada del otro mundo o que aparentemente merezca una reseña en particular. Sin embargo, el canario se mueve en los últimos tiempos, en esto del golf, su exitosa profesión, como el escalador que trata de coronar un ‘ocho mil’ sin bombona de oxígeno. Cada paso hacia la cumbre, en tal trance, es poco menos que una pequeña conquista.
Rafa, por ejemplo, cerraba el torneo en tierras gaditanas con cuatro vueltas por debajo del par. “A veces puede parecer muy sencillo o normal eso de jugar las cuatro rondas por debajo del par, pero hay momentos en los que hay que pararse y valorar estas cosas, y yo estoy en uno de esos momentos después de un año que no ha sido bueno”, explica el jugador.
De hecho, hace ya siete meses que el jugador español no conseguía el póker de números rojos en un torneo. La última vez había sido en el mes de marzo, en Kenia. Y hasta hoy.
Ahora mismo no hay grandes números bullendo en su cabeza. Jugará en Qatar esta misma semana, a partir del jueves, y sabe que un buen resultado le podría dar entrada en el Nedbank de Sudáfrica y hasta en la mismísima Final de Dubai, si terminara muy arriba. Ya habrá tiempo de hacer las cuentas exactas, pero es muy cierto que existen tales opciones matemáticas desde su actual puesto 96º en el ranking. Sin embargo, los objetivos del canario, cuando todavía caminaba ayer por Sotogrande, eran más simbólicos, como él mismo reconocía. “Pensaba más en pegar buenos golpes y también en hacer una buena posición, a ser posible que fuera la mejor de los últimos meses, meterme dentro del top 20, quizá algo mejor si salía un buen día… Objetivos así, más simbólicos que otra cosa, pero que ayudan. No ha podido ser, pero se puede decir que ha sido una semana positiva, porque además hemos jugado tres rondas en condiciones bastante complicadas, así que no era nada sencillo hacerlo por debajo del par”.
El semblante del español, en cualquier caso, es relajado. Y hay una razón, por encima de cualquier otra. “En la calle de prácticas ya estoy pegando muchas veces el golpe exacto que quiero. Luego, esta semana, en competición, todavía me ha faltado pegar mejores hierros, es verdad, pero me parece que es sólo ya una cuestión de encontrar esa última gota de confianza o de ritmo”, explica.
No sería mal asunto que el puzzle de la confianza terminara de ajustarse convenientemente esta semana. No lo sería en ningún caso, pero mucho menos si estamos hablando de Qatar y del Doha Golf Club, escenario del torneo, un campo donde Cabrera Bello ha sido protagonista en numerosas ocasiones. Hace más de seis años que no comparece en esta plaza, pero hasta la fecha había jugado allí en ocho ocasiones, fallando el corte sólo en la primera de ellas y cosechando dos terceros puestos (2011 y 2014), un segundo (2016) y un sexto en 2017, la última vez que jugó allí. Es indudable que se trata de un recorrido que le ha ido muy bien. Quién sabe, quizá lo veamos en unos días coronar con éxito su particular ‘ocho mil’.
