En una singular última jornada de competición trasladada al lunes, Rory McIlroy terminó conquistando el Hero Dubai Desert Classic del DP World Tour con un final de ronda repleto de suspense. Un triunfo con el que el norirlandés sigue engrosando su espectacular palmarés y que le refuerza, más si cabe, en el comienzo de un año en el que tiene depositadas muchas esperanzas. Y por si fuera poco, levanta el trofeo doblegando a los jugadores de LIV Golf, con los que no mantiene la mejor relación…
«Esta victoria significa mucho para mí. Fue una batalla dura durante todo el día, o durante toda la semana, la verdad. Tengo la sensación de que no he dado mi mejor nivel, pero supe manejar mi juego y ser inteligente. Incluso en ese segundo golpe del final, ya sabes, que tenía un par de alternativas. Podría haber llegado a green, pero viendo lo que pasó ayer y lo del año pasado, preferí jugar el wedge y buscar el ‘up & down’ para darme opciones de ganar. Estoy extasiado después de haberme dado la oportunidad en mi primera semana tras el regreso y siento que tengo mucho margen de mejora. Aunque sin duda es un gran comienzo de año», dijo Rory.
El norirlandés se jugaba el título con Patrick Reed, con quien vivió un par de situaciones tensas durante la semana desveladas en primicia por Ten Golf. Algo que, en cierto modo, afectó a McIlroy durante la última ronda «Creo que, mentalmente, hoy fue posiblemente una de las rondas más difíciles que he tenido que jugar porque era fácil dejarse llevar y que las emociones se interpusieran en el camino. Pero sólo tenía que concentrarme en mí mismo, olvidarme de quién estaba arriba en la tabla de clasificación, y lo hice muy, muy bien».
«Siento que mostré mucha fuerza mental hoy y es algo sobre lo que construir mi juego el resto del año», insistió McIlroy.
Y después de ganar, ¿cómo ve Rory la temporada? «Ha habido un montón de cosas positivas esta semana, pero también algunas que necesito aprender y sobre las que debo intentar mejorar. Voy a disfrutar de esto. Probablemente sea más dulce de lo que debería o de lo que necesito, pero siento que todavía tengo cosas en las que trabajar. Es un gran comienzo de año y una buena base sobre la que trabajar».
En cuanto a lo vivido en el hoyo 18 y el recuerdo de lo que le sucedió el año pasado y ayer domingo, cuando mandó la bola al agua, McIlroy dijo: «Sí, sinceramente, tuve suerte de que mi bola no se fuera al agua en el golpe de salida. Es un golpe incómodo para mí. El driver es demasiado y la madera 3 no es suficiente. Así que traté de pegar una especie de driver ‘fácil’ y salió demasiado caliente, tuve suerte de que no se fuera al lago. Pero sólo tenía esa opción. Ayer dije que con las dos bolas al agua el domingo del año pasado no me podía pasar otra vez».
