Inicio Grandes Circuitos PGA Tour McIlroy somete a Reed (y al ejército LIV)
Un final trepidante le da la fabulosa victoria al norirlandes ante el estadounidense

McIlroy somete a Reed (y al ejército LIV)

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Rory McIlroy
Rory McIlroy posa este lunes con el trofeo de ganador del Hero Dubai Desert Classic. © Golffile | Thos Caffrey

Una película de Alfred Hitchcock, puro suspense, se ha vivido este extraño lunes en el Emirates GC, donde Rory McIlroy (-19), número uno del mundo y líder del golf tradicional, mascarón de proa del PGA Tour y del DP World Tour, sometió al espléndido Patrick Reed (-18) y al ejército LIV que embistió desde el inicio de la ronda final del Hero Dubai Desert Classic para tratar de derrocar al rey. Pero el norirlandés lució la corona y aguantó el pulso del estadounidense, quien lo puso contra las cuerdas sin el premio de noquearlo.

¡Qué grandeza! ¡Qué espíritu! ¡Qué duelo a muerte en OK Corral entre dos pistoleros tremendos! ¡Qué preciosa batalla entre el estandarte del golf de toda la vida contra uno de los primeros espadas del circuito de los petrodólares! ¡Qué espectáculo con morbo y picante desde el comienzo de la semana pasada, cuando protagonizaron ambos la polémica con los tees lanzados por Reed a McIlroy! Todo el mundo deseaba un enfrentamiento en el campo entre ellos, un mano a mano; no ocurrió porque no fueron en la misma partida, aunque en el fondo quizás le dio más vida que el norteamericano fuera justo por delante del norirlandés.

El circuito americano y el europeo celebraron por todo lo alto esta maravillosa victoria de McIlroy dilucidada en el hoyo 72 del torneo con un putt para birdie de más de cuatro con caída de izquierda a derecha que Rory Cooper, solo ante el peligro de LIV, logró embocar mientras Reed esperaba con una sonrisa nerviosa el desenlace. Este trepidante final va más allá del triunfo en el segundo Rolex Series del año (por cierto, el primero de su estratosférica carrera). Habrá que ver qué dictamina la Justicia en pocos días, a inicios de febrero, sobre el litigio con los saudíes, pero McIlroy, en pleno Golfo Pérsico, ha derrotado aunque sea de manera virtual al proyecto liderado por Greg Norman y, de paso, le devuelve la guantá sin manos a Reed, que firmó una demanda que le llegó al norirlandés por carta en Nochebuena.  ¡Zas! Rory esta semana le ha hablado en el campo.

Y, ojo, todos los méritos del mundo para un Reed que apretó de lo lindo y consiguió que Rory tuviera que despertar de un arranque tibio, de pares y más pares. El yanqui se embolsó siete birdies en la tarjeta, alcanzó a su rival en el 10 después de una portentosa madera que rozó el albatros. El eagle dado lo llevó al coliderato con -16. «Hola, Rory, soy tu peor pesadilla», pudo pensar el ganador del Masters en 2018.

Fue él quien comandó los ataques de los chicos de LIV, deseosos de dar una lección al DP World Tour con una cuarta jornada de mucho peso. Ian Poulter, pese a su mal final con doble bogey al 18, antes Richard Bland, Henrik Stenson viendo de atrás… Querían protagonismo, pero Rory, no se arredra. Qué jugadorazo. Cuando hubo de acelerar, pisó todo y más, aunque Reed era una lapa. Siempre es una lapa. Qué competidor. De hecho, logró mandar en la tabla de resultados en solitario durante un par de hoyos, aunque el mandamás del golf mundial, que por primera vez estrena el año con victoria, estaba dispuesto a dejarse la piel. La vida.

Al tee del 15 llegaron los dos en tablas, pero McIlroy salió maltrecho con bogey después de visitar el largo rough de la izquierda. Reed primero. Pero su mala salida del 16, pese al exquisito tercer disparo, le costó caro al no acertar para par a dos metros. Bogey y de nuevo empate a -17. No aprovechó el 17 el yanqui también por su horroroso driver que acabó en un matojo muy a la derecha. En cambio, Rory metió un zambombazo para dejar la bola en el antegreen para un putt larguísimo de eagle; luego tuvo que embocar un putt tenso de metro y medio para birdie. Dentro. Y alborozo para Keith Pelley y Jay Monahan, jefazos del DP World Tour y PGA Tour, respectivamente.

Pero esto no se había acabado. Reed no se rindió y dos golpazos en el 18, la salida y el segundo, le valieron la oportunidad lejana de eagle. Falló y la dejó dada para birdie. Obligaba a Rory a hacer lo mismo para evitar el desempate. Tal era la tensión que el norirlandés se cruzó la calle desde el tee y casi termina en el agua. Las hierbas altas frenaron la pelota pero, mal colocada, no se atrevió a tirar de dos. La mandó al lago ayer y el domingo de hace un año también. Jugó conservador y después se dejó un putt para birdie de 4,2 metros. Su festejo cuando la vio entrar era de pura Ryder Cup. Estaba exultante. Era el triunfo del modelo de toda la vida contra LIV. Pues no. Ni Rory, ni Jon Rahm, por citar a los dos mejores del mundo hoy, están en venta.

Ángel Hidalgo fue el mejor español. El marbellí batalló y batalló para sacar un enorme Top 10, fue octavo con -12 (-1 en el día) y lástima que no entrara su putt de birdie en el 18. Ha sido una semana fantástica para él y encarrila la tarjeta después del padecimiento en Valderrama hace unos meses para agarrar la de este año. A Adri Arnaus (-11 y al par en esta ronda) se le vio frustrado porque no le salió la vuelta deseada. Ni de lejos. Terminó decimotercero. Fueron los dos únicos españoles entre los 20 mejores. Campillo, Larrazábal y Otegui concluyeron vigésimos octavos.

Resultados finales del Hero Dubai Desert Classic