Matti Schmid ha rubricado este domingo en Sotogrande una tarea nada sencilla. Ha logrado mantener los derechos de juego del DP World Tour para el próximo año, a pesar de centrar su temporada en el PGA Tour. De hecho, el Estrella Damm Andalucía Masters apenas era su décimo torneo del año en el Circuito Europeo. No ha necesitado más. Igual es algo exagerado hablar de proeza, pero desde luego sí que es una pequeña gesta. Su segundo puesto ayer en el Real Club de Golf Sotogrande le ha dado los puntos necesarios para asegurarse un año más la tarjeta. De hecho, estaba apuntado para jugar en Qatar esta semana por si lo necesitaba y se ha borrado tras su gran resultado.
Schmid es uno de los más potentes jóvenes talentos que tiene el golf europeo. Su nombre debe estar apuntado para la Ryder Cup de Nueva York en dos años. Es obligado. Eso dicta su trayectoria. Debe ser uno de los candidatos. El próximo 18 de noviembre este alemán de metro noventa cumplirá 26 años. Como jugador, no hay mucho que descubrir. Es uno de los dos en toda la historia que ha ganado dos años consecutivos el Campeonato de Europa Amateur. Consiguió la tarjeta del Circuito Europeo en 2021 jugando sólo siete torneos. Además, en 2022 mantuvo los derechos y, además, consiguió la tarjeta del PGA Tour a través del Konr Ferry Tour. Va rápido, firme y seguro. Una vez asegurada la tarjeta del Circuito Europeo, tratará de mantener la americana en los tres próximos torneos. Ocupa el puesto 149 de la FedEx Cup y tiene por delante México, Bermudas y el RSM Classic para meterse entre los 125. No parece un acierto apostar contra él.
No obstante, aquí tratamos de descubrir más a la persona. «Es el yerno ideal con el que sueña cualquier madre», asegura un miembro de su equipo de trabajo que lo conoce muy bien. Es muy trabajador y, sobre todo, se vuelca con los demás. No tiene ningún problema en hacer favores y nunca pide nada. Es de esas personas a las que les tienes que decir tú si necesitan algo para que lo digan. Tiene un hermano con discapacidad que no duda en seguirlo por el campo ayudado con unas muletas. Seguramente, esto le ha dado una perspectiva muy particular e interesante sobre la vida.
Pese a jugar en Estados Unidos gran parte del año, Schmid sigue con su residencia fijada en Alemania. Cuenta con un piso en Ponte Vedra Beach, Florida, que utiliza de base de operaciones, pero no quiere alejarse de su raíces. Su padre es profesional de golf y ha sido fundamental en el desarrollo de su carrera. Además, es un fanático del Bayern de Munich. Curiosamente, su campo de entrenamiento es el GC Herzogenaurach, cerca de Munich, y allí coincide con muchos jugadores del equipo de fútbol que practican golf. Precisamente por esta circunstancia, ha trabado una gran amistad con un mito del balompié alemán como Thomas Müller.
En diciembre cambió de entrenador. Se puso en manos del alemán Marijan Mustac, el mismo que trabaja con Max Kieffer, compañero habitual de entrenamientos de Schmid. Además, su caddie habitual, que no ha estado con él esta semana en Sotogrande por una lesión, es Mike Way, más conocido como ‘Sponge Hole’, un mito en el desempeño de llevar la bolsa. Entre los jugadores que han estado con él se encuentra Michael Campbell. Todos destacan de Matti su excepcional actitud en el campo de golf. Pase lo pase, jamás muda el gesto. Es imposible saber cómo va en el día viéndole la cara… Es la calma hecha jugador.
Este es Matti Schmid, un jugador al que tener muy en cuenta para los próximos años.
