El DP World Tour se ha visto obligado a congelar las sanciones a los golfistas de LIV Golf tras la decisión del juez de conceder la cautelar unas horas antes del Scottish Open. Así las cosas, de momento estamos en un compás de espera en cuanto a la judicialización del conflicto entre los grandes circuitos tradicionales y la nueva liga saudí.
La primera consecuencia de esa cautelar, como es lógico, es que por ahora no habrá sanciones oficiales a los golfistas que participaron en el LIV Golf de Portland y podrán seguir jugando con normalidad el DP World Tour siempre y cuando les corresponda por categoría.
El caso está en manos de un juez y hasta que él no decida no se podrá avanzar en este asunto. Nadie sabe a ciencia cierta cuándo se producirá la resolución, lo que sí ha podido conocer Ten Golf es que el juez le ha dicho al Circuito Europeo que necesita de tres a seis meses para estudiar toda la documentación y tomar una decisión. Esto implica que no habrá sentencia hasta septiembre, como muy pronto, y diciembre como muy tarde. En cualquier caso, son fechas aproximadas, no definitivas.
Este plazo de tres a seis meses nos permite hacernos una idea de lo que viene por delante. Un jugador como Adrián Otaegui va a tener libertad absoluta para hacer su calendario como mínimo hasta septiembre. A partir de ahí ya veremos.
La situación será radicalmente diferente según lo que decida el juez. Si da la razón al DP World Tour, Otaegui, por ejemplo, que ya no está en LIV Golf, al menos esta semana, va a quedar en una situación delicada, con las puertas del Circuito Europeo cerradas y, eso sí, con la alternativa del Asian Tour, donde obviamente debería tener las puertas abiertas. Si por el contrario, el juez da la razón a los jugadores se abriría completamente la veda para que los LIV Golf puedan volver a jugar en el DP World Tour. La decisión tiene trascendencia.
Hay que recordar que la denuncia la presentaron tres jugadores una vez se conocieron las sanciones tras el LIV de Londres. Los tres en cuestión fueron Ian Poulter, gran abanderado de la causa jurídica, Justin Harding y Adrián Otaegui. Una vez presentada la denuncia, el juez decidió conceder la cautelar para que los golfistas puedan jugar mientras toma una decisión definitiva. A partir de ahí, el Circuito comunicó a todos los involucrados que podían participar en el Scottish Open. Ahí se unió Branden Grace.
